La Navidad, con todas sus tentaciones y excesos gastronómicos, es el momento ideal para poner en práctica tus nuevos hábitos alimenticios y vitales. No vas a pasar hambre, no vas a tener que renunciar a los placeres culinarios ni a ciertos caprichos.
Parece que esta Navidad vas a ganar peso, pero no necesariamente, con estos sencillos consejos evitarás acabar el año con unos kilos de más.
Elige bien
– Entrantes: Lo más recomendado es elaborar aperitivos sin salsas y que contengan verduras. Las sopas y las cremas son excelentes aliadas.
– Primeros: Las ensaladas frías aliñadas con aceite y vinagre son muy buena opción ya que resultan li¬geras. También podemos decantarnos por verduras o alimentos del mar como el marisco, el pulpo, la sepia…
– Segundos: Es mejor tomar pescados que carnes rojas que son más calóricas. Pero si no hay otra opción, elige las que son menos grasa como el pollo o el pavo.
– Postre: Las macedonias de frutas resultan muy vistosas y tienen menos calorías que las tartas, pasteles o turrones que se deben consumir con moderación como postre en los eventos, pero nunca en los días posteriores o entre horas.
2. Bebe mucha agua
Es conveniente beber agua a lo largo de todo el día y durante las comidas para mantener la sensación de saciedad y disminuir el consumo de alimentos, alcohol y refrescos azucarados. El máximo alcohol permitido es dos copas de vino diarias en el hombre y una en la mujer.
No compres con el estómago lleno
Un error común es comprar mucha más comida de la que se necesita el día de la fiesta, de forma que las sobras se van consumiendo durante los días posteriores. Esta no es una buena opción porque la dieta no está siendo equilibrada, estamos alargando un menú de mucho más tiempo. Es recomendable comprar lo ajustado a las comidas que se van a preparar, para ello un truco es ir a hacer la compra con el estómago lleno.
Reduce las porciones cuando comas las mismas comidas. Además de hacer la dieta menos privativa, pronto quedarás satisfecha con las porciones más pequeñas. Esto también te dará una plataforma para reducir aún más tu apetito.
Elimina las grasas: Antes de cocinar las comidas navideñas, retira la piel del pavo, el tocino de la carne y la grasa de los caldos.
Elige grasas insaturadas: Prefiere el aceite de oliva y los pescados azules en lugar de las grasas saturadas como las animales y la mantequilla.
Reemplaza las yemas: Usa dos claras de huevo por cada yema en las recetas de tortillas, salsas o merengues.
Come despacio
El estómago tarda entre 15 y 20 minutos en enviar la señal al cerebro para avisar de que ya está lleno. Normalmente en este tiempo es cuando nos pasamos sin darnos cuenta y ya hemos comido en exceso.
En Navidad con todos los dulces y platos sabrosos esto es un gran problema.
Si comes despacio a parte de saborear cada bocado y disfrutar realmente de la comida de Navidad evitarás los atracones y podrás disfrutar de la fiesta con la familia.
Come en pequeñas porciones
¿Quieres probarlo todo? Pues toma un poco de cada y saborearlo.
Sólo porque quieras disfrutar de todos los alimentos que se sirven en la cena de Navidad con tu familia no significa que tengas que comer una porción completa de cada plato.
Consume fibra vegetal: Los alimentos altos en fibra, como los vegetales verdes y los cereales integrales, arrastran en el intestino el exceso de grasa ingerido esos días.
Bebe con moderación: En estas fechas es clásico abusar de las bebidas alcohólicas, y contienen abundantes calorías que se transforman en grasa corporal y “llantitas” en tu anatomía.
No prolongues tu apetito: Evita llegar a la cena navideña con un “hambre de perros”. Es mejor que hagas el desayuno y la comida ligeros pero completos.
Vigila tu menú diario: En estos días festivos haz que tu alimentación se base en alimentos ligeros como frutas, verduras, lácteos descremados y mucha agua natural.
Evita picotear entre horas: No caigas en las tentaciones, para ello es necesario que en tu despensa no abunden las botanas ni las golosinas.
Modera los aperitivos y canapés: Suelen ser bocados deliciosos pero también pequeños concentrados de calorías. Mejor botanea con verduras con limón y chile o aceite de oliva y hierbas.
Controla las cantidades: Ya que generalmente el banquete navideño es muy extenso y con muy variados platillos, procura que tus raciones sean moderadas y no repitas.
Acompaña con mesura: Sé moderada con las salsas, guarniciones y todo lo que no sea esencial, porque aumentan enormemente la cantidad de calorías.
Disfruta más allá de la mesa: Come despacio, saborea cada bocado, piensa que el banquete para ser festivo no debe ser pesado. Deléitate con la calidad de los alimentos, más no con la cantidad.
Disfruta la fiesta: Deja de centrar tu atención en el pavo, la bebida y el turrón. Las fiestas son un deleite por la compañía y el ambiente festivo, es una época muy especial que va más allá de los placeres culinarios.
Desactiva el piloto automático: Si después de la cena ya estás satisfecha y te falta el postre, no te sientas obligada a comértelo; podrás hacerlo otro día, piensa que tu organismo es lo primero.
No te desintereses: No abuses de la comida aunque estés en buena forma, o porque tengas problemas de sobrepeso y no te importe engordar más.
Mantente en movimiento: Después de la comilona huye del sofá, en tus días libres sal a dar paseos, arregla la casa para recibir a tus invitados; te ayudará a disminuir los excesos de las comidas.