No solamente produce resultados grandiosos a quiénes buscan mejorar su salud, vitalidad, aumentar la conciencia intelectual, mejorar la memoria o alejar el estrés… Meditar tiene más de 100 beneficios reconocidos, y entre ellos ayuda a que tu día a día sea muchísimo más productivo, alegre y placentero .
Cada vez hay más expertos que recomiendan la meditación; y es que es la técnica de relajación ideal para amortiguar la mente y el cuerpo de los ataques constantes del estrés y del día a día. Pero también es una manera agradable y eficaz para transformar tu vida.
Si es posible, sobre todo al principio es recomendable la realización de meditaciones guiadas por un monitor, ya no sólo porque te aconsejará sobre todas las dudas que te surjan, sino porque al principio se suelen cometer errores que debemos corregir cuanto antes. Por otro lado la meditación en grupo es distinta a la meditación individual, suele ser más fácil entrar en meditación cuando estamos en grupo, ya que la vibración que se genera entre todos, facilita el acceso al estado de concentración y de paz que buscamos.
Cómo empezar
Antes de empezar a meditar, estira y afloja tus músculos y tendones. Busca un lugar tranquilo y siéntate cómodamente. Una vez que encontraste la posición adecuada, relájate y concéntrate en tu respiración que deberá ser profunda, lenta y regular.
Para la meditación que realizaremos en casa, es aconsejable empezar sentados en una silla y si tenemos problemas o nos cansamos, también podemos empezar tumbados.
También puedes probar a sentarte en el suelo con las piernas cruzadas, en la clásica postura del Loto. Lo importante es que nuestra espalda esté lo más recta posible
Cierra tus ojos y piensa en objetos tales como animales, paisajes, personas o el objeto que desees. Estos objetos manéjalos a tu antojo usando los sentidos de tu imaginación. Piensa en su textura, su sabor, su color e inclusive su olor.
Practica la meditación para principiantes varias veces al día hasta que tengas la seguridad de que ya puedes hacerlo por algunos minutos sin perder la concentración.
El incienso también ayuda a alcanzar el estado meditativo, así que es recomendable poner uno durante nuestra sesión.
Ponte ropa cómoda y que no te apriete, que te permita estar unos minutos en una misma posición sin que te sientas incómodo.
Busca un lugar tranquilo donde puedas estar sin que nadie te interrumpa. Puede ser alguna habitación de tu casa, algún espacio en la naturaleza… Cualquier lugar sirve si estás cómodo y tranquilo.
Siéntate en una posición cómoda, cierra los ojos y respira profundo y lento.
No es necesario que cruces tus piernas o te coloques en una postura especial.
Solamente debes estar con tu espalda recta y relajar cada músculo de tu cuerpo.
Puedes ir desde la punta de tus pies hasta la cabeza, pasando detenidamente por cada músculo, reconociéndolo y relajando mientras te enfocas en tu respiración.
Empieza a contar de 50 a 0, lentamente y centrado en tu respiración.
Cuando se crucen pensamientos en tu mente no los niegues y deja que se vayan tal y como han venido mientras tratas de seguir pensando en tu respiración y en cómo el aire fluye por tus fosas nasales.
Cuando termines la cuenta regresiva puedes pensar en imágenes que te hagan sentir bien o en frases que también causen ese efecto como “cada vez estoy mejor y mejor”. La idea es acercar buenos pensamientos hacia ti.
Evita distracciones
Si decides dedicarte a la práctica de la meditación, recuerda que tendrás que encontrar un lugar donde nadie te moleste para hacerlo. Lo ideal es tener una habitación apartada donde no puedas sufrir las molestias del exterior. Busca un horario en el que tengas la seguridad de que no necesitarás salir corriendo para hacer algo, pues esto te será sumamente contraproducente en cuanto a la concentración.
En el caso de que te distraigas fácilmente, una buena manera de concentrarte es mediante el uso de una vela. Al encenderla, lograrás un punto fijo para enfocar tu atención visual.
Sé constante. Lo ideal es dedicar de 10 a 15 minutos diarios como mínimo.
Prueba a seguir esta práctica día a día; cuando domines esta técnica podrás entrar más profundamente en otras técnicas de meditación.
Mientras estás meditando se producen cambios bioquímicos y físicos en tu cuerpo, que cambian el metabolismo, la respiración, la tensión arterial, la frecuencia cardiaca y la actividad cerebral (produciéndose un aumento de las ondas alfa).
La meditación te ayuda a tener una mayor capacidad para manejar los problemas y los retos de tu vida, y te afectan menos los contratiempos porque estás más relajado y optimista.
La meditación beneficia al Cuerpo
Con la meditación, tu psicología sufre un cambio, y cada célula de tu cuerpo se llena de prana (energía). Burbujeas de alegría a medida que el nivel de prana aumenta en tu cuerpo.
La meditación, a nivel físico:
- Disminuye la presión sanguínea
- Disminuye los niveles de lactato en sangre, reduciendo los ataques de ansiedad.
- Disminuye los dolores relacionados a la tensión tales como: dolores de cabeza por tensión, úlceras, insomnio, problemas musculares y de articulaciones
- Aumenta la producción de serotonina que mejora el humor y el comportamiento
- Mejora el sistema inmunológico
- Transforma a tu cuerpo en un generador, ya que generas una fuente de energía interior
- Corazón sano Las personas con problemas de estrechamiento de las arterias coronarias que practican meditación reducen en un 50% la mortalidad y el riesgo de sufrir paro cardíaco o infarto cerebral, según un estudio reciente del Colegio Médico de Wisconsin (EE.UU.). Además, meditando la presión sanguínea disminuye y se previene la hipertensión.
- La meditación relaja la tensión muscular. Esto alivia el dolor automáticamente, aumenta la movilidad y permite que el cuerpo se relaje. La respiración, los fluidos corporales y los impulsos nerviosos fluyen con libertad.
La meditación disminuye la presión arterial alta. Cuando la tensión muscular se afloja, el cuerpo se vuelve más flexible y el corazón no tiene que bombear con tanta fuerza para enviar la sangre a través de venas y arterias. Cuando estamos en tensión, la sangre se espesa con colesterol, pero se hace más líquida cuando nos relajamos.
- La meditación estimula el sistema inmunológico y la producción de glóbulos blancos. El sistema inmunológico se resiente cuando el cuerpo está en tensión. El proceso de curación funciona mejor cuando el cuerpo está relajado o durmiendo. La meditación acelera el tiempo de recuperación después de una enfermedad o una operación.
- La meditación abre los conductos respiratorios cerrados. Resulta particularmente buena para personas asmáticas y alérgicas.
- La meditación aumenta la circulación de la sangre hacia el aparato digestivo, la piel y el cerebro. Cuando estamos en tensión, el sistema digestivo se nos cierra y el torrente sanguíneo se dirige a los grandes músculos responsables del reflejo «hacer frente o escapar». La meditación le da la vuelta a este proceso y el aparato digestivo vuelve a funcionar correctamente otra vez.
- La meditación tiene efectos drásticos sobre la actividad hormonal. Se trata de un descubrimiento complejo que todavía requiere una interpretación más ajustada. Obviamente, las hormonas relacionadas con la tensión disminuyen durante la meditación. El patrón de secreciones hormonales de una persona que hace meditación generalmente se parece al de una persona cinco o diez años más joven, lo que sugiere que las tensiones físicas de la edad no pesan tanto sobre la persona que practica la meditación. Las personas que hacen meditación son como las personas que están en muy buenas condiciones físicas, parecen más jóvenes de lo que son en realidad por su edad.
- La meditación equilibra la actividad de los hemisferios izquierdo y derecho. Cada uno de los hemisferios del cerebro gobierna la coordinación motora del lado opuesto del cuerpo. Si un hemisferio es activo en exceso, el cuerpo puede tender a estar ligeramente inclinado, torcido o desequilibrado, lo que naturalmente crea tensión física. Las personas ansiosas tienden a tener o sentir nudos por todo el cuerpo. Dicho de una forma muy sencilla, el hemisferio izquierdo generalmente rige sobre el pensamiento mientras que el derecho lo hace sobre los sentimientos. Muchos de nosotros nos encontramos en un caso u otro. Tal vez pensamos en exceso todo el día o las emociones nos inundan, pero la meditación equilibra esa situación. La persona que practica la meditación es capaz de pensar con claridad al tiempo que mantiene sus respuestas emocionales.
Beneficios de la Meditación para la Mente
La meditación lleva el patrón de ondas mentales al estado alfa, la cual promueve la curación.La mente se refresca, se vuelve delicada y hermosa.
Con la práctica regular de la meditación:
- Tu ansiedad disminuye
- Tu estabilidad emocional mejora
- Tu creatividad aumenta
- Tu felicidad aumenta
- Se desarrolla tu intuición
- Logras tener claridad mental
- Logras paz mental
- Los problemas se vuelven pequeños antes de llegar a ti
La meditación te hace consciente, que tu actitud interna determina tu felicidad.