Cebolla, conservante natural de alimentos. Se ha comprobado recientemente que la cebolla, además de ser un vegetal nutritivo y rico, también posee la ventaja de conservar naturalmente los alimentos.
La cebolla es usada en infinidad de preparaciones culinarias; además puede comerse tanto cruda como cocida. Pero más allá de sus usos en la cocina, la cebolla es diurética, digestiva, anticancerígena, afrodisíaca, bactericida y depurativa.
Es un vegetal que posee propiedades medicinales, es buena para controlar afecciones respiratorias como catarro, tos, bronquitis y es eficaz como desinfectante. Ahora también se sabe que la cebolla es rica en propiedades antimicrobianas, las que actúan como un conservante natural de otros alimentos.
La Cebolla, conservante natural es muy rica en flavonoides, por lo que posee propiedades antioxidantes y antimicrobianas; es un vegetal que puede usarse como antiinflamatorio, antiviral y antialérgico.
La cebolla puede ser efectiva para retrasar la oxidación lipídica en emulsiones de aceite y agua -un sistema modelo de alimentos como las margarinas o las mayonesas-, y también inhibe el crecimiento de microorganismos que alteran los alimentos.
La cebolla Es un vegetal que posee propiedades medicinales, es buena para controlar afecciones respiratorias como catarro, tos, bronquitis y es eficaz como desinfectante. Ahora también se sabe que la cebolla es rica en propiedades antimicrobianas
Gracias a su composición química, la cebolla es capaz de retrasar la oxidación y deterioro de los alimentos en el tiempo, lo cual tiene una aplicación directa en los métodos de conservación actuales.
Además, analizando varios tipos de cebollas blancas (Fuentes de Ebro y Calçot de Valls), y de la variedad amarilla, Grano de Oro; se ha descubierto que sus compuestos fenólicos inhiben el desarrollo de microorganismos asociados con el deterioro de los alimentos.
Otros Estudios anteriores tambien han demostrado los efectos beneficiosos para la salud de la Cebolla, conservante natural por sus propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, cardioprotectroras, vasodilatadoras y anticancerígenas.
Los flavonoides Además de antioxidantes, estos compuestos tienen funciones antifúngicas y bactericidas, confieren color a los alimentos y destacan por una importante capacidad para fijar metales como el hierro en el organismo. Se hallan en las partes más exteriores de la planta. Entre los distintos flavonoides, los citroflavonoides se localizan en las cebollas, cerezas, uvas, naranjas, lima o limón, entre otras. Los de la soja, también llamados isoflavonas.
De todas las variedades de cebollas, la clase amarilla es mucho más abundante en flavonoides, por ello se ha convertido en la principal candidata para usarse como conservante natural de los alimentos.
La incorporación de la cebolla en las comidas evita la rápida oxidación de los lípidos y por ende, el crecimiento de agentes patógenos en los alimentos.
Por el momento, los estudios realizados han demostrado que los flavonoides de la cebolla son eficaces para combatir al Bacillus cereus, Staphylococcus aureus, Micrococcus luteus y Listeria monocytogenes.