Experimentar calambres musculares durante el embarazo es una de las molestias más comunes y dolorosas. Más del 50% de las futuras mamás enfrentan este problema en algún momento, destacándose especialmente en el segundo y tercer trimestre. Aunque estos calambres no afectan ni al bebé ni a la mamá, pueden ser dolorosos y molestos.
Estos calambres musculares, caracterizados por contracciones involuntarias y dolorosas, tienden a manifestarse con mayor intensidad en las piernas. Su incidencia suele ser más notable durante la noche, cuando el cuerpo está en reposo.
La tensión muscular asociada con estos calambres puede llegar a ser tan intensa que interrumpe el sueño de la futura mamá. Hacia el final del embarazo, esta condición tiende a volverse más severa, generando molestias adicionales.
Si bien estos calambres no representan un riesgo para la salud del bebé ni de la madre, es fundamental abordar el dolor y buscar formas de alivio. A continuación, compartiremos algunas causas comunes de los calambres musculares durante el embarazo y ofreceremos consejos prácticos para mitigar el malestar y mejorar la calidad del descanso.
Calambres musculares en el embarazo causas y prevención
Los calambres musculares en el embarazo son normales y diferentes factores son los causantes. Pero generalmente las hormonas son las culpables, ya que ablandan las paredes de los vasos sanguíneos perjudicando el retorno venoso y linfático, lo que provoca un estancamiento de líquidos en las piernas causando así calambres.
Circulación sanguínea
Otro de los factores que causa calambres musculares en el embarazo son los cambios en la circulación sanguínea, lo que es provocado por la presión que él bebe ejerce sobre los vasos sanguíneos de la pelvis, lo que afecta directamente la circulación de las piernas; destacando que durante el embarazo circula un 20% más de sangre por el cuerpo de la mujer.
Donde la explicación de porqué los calambres afectan a las embarazadas durante la noche, se relaciona con la posición del cuerpo, al estar acostado el retorno venosos es más lento y así favorece la aparición de las contracciones musculares, especialmente en pies y pantorrillas.
Alimentación y calambres
Para prevenir los calambres en el embarazo la alimentación es fundamental, consumir alimentos ricos en calcio y vitamina E ayudará a reducir estas molestias; agregando a la alimentación leche, lácteos, frutos secos, germen de trigo y cereales integrales.
El consumo de banana también puede ayudar a prevenir calambres, lo mismo que los kiwis ya que poseen un alto contenido de potasio; mientras que el consumo de vegetales de hojas verdes también es recomendable ya que poseen magnesio y este mineral también previene calambres.
Una alimentación equilibrada junto a la realización de ejercicio moderado es la combinación perfecta para disminuir los calambres musculares en el embarazo, ya que mantener el cuerpo en buena forma ayudará además a disminuir otras molestias típicas del embarazo.
Actividad física
Algunas actividades recomendadas son practicar yoga, dar un paseo, gimnasia acuática y pilates, ya que favorecen la circulación sanguínea y evitan que se produzca una retención de líquidos.
También es recomendable que la embarazada no esté mucho tiempo de pie ni sentada con las piernas cruzadas. Donde los masajes en las piernas antes de ir a dormir son muy eficaces para reducir los calambres.
Al momento de dormir es bueno colocar una almohada bajo las mantas de los pies de la cama, tocando los pies para que las sábanas queden sueltas; sin olvidar que durante el día es recomendable beber mucha agua y usar zapatos cómodos.
Consejos y remedios naturales para aliviar los calambres
Masajes
Prevenir los calambres musculares en el embarazo es muy importante, pero cuando se una embarazada despierta con un fuerte dolor, lo único que se puede hacer es aliviarlo con simples técnicas. Para esto se puede masajear la zona afectada y luego estirar el músculo de la pantorrilla para llevar la punta del pie hacia la pierna.
Si el calambre afecta el pie se debe estirar el dedo gordo en dirección al cuerpo y aunque en un principio esto pueda generar dolor es muy efectivo porque ayuda a relajar la zona y a aliviar el calambre. Luego de que se alivió el dolor se debe caminar un poco alrededor de la casa para que el calambre no se vuelva a originar.
Los calambres musculares son una incomodidad común durante el embarazo, pero existen diversas estrategias para aliviarlos y mejorar tu bienestar. Aquí te presentamos consejos efectivos:
Estiramientos suaves:
Realiza estiramientos suaves antes de acostarte y al despertar para ayudar a relajar los músculos. Incluye movimientos específicos para las piernas, como flexiones de tobillos y estiramientos de pantorrillas.
Hidratación adecuada:
Mantente bien hidratada, ya que la deshidratación puede contribuir a los calambres. Consume suficientes líquidos a lo largo del día, priorizando el agua.
Suplementos de calcio y magnesio:
Consulta con tu profesional de la salud sobre la posibilidad de tomar suplementos de calcio y magnesio, ya que estos minerales son esenciales para la salud muscular.
Calor local:
Aplica una compresa caliente en la zona afectada para aliviar la tensión muscular. Un baño tibio también puede ser reconfortante antes de dormir.
Masajes suaves:
Recibe masajes suaves en las áreas propensas a calambres, como las piernas. Asegúrate de que el masajista esté familiarizado con las técnicas seguras para mujeres embarazadas.
Elevación de piernas:
Eleva las piernas durante el día para mejorar la circulación y reducir la probabilidad de calambres. Puedes colocar almohadas debajo de tus pies al descansar.
Ejercicio regular:
Realiza ejercicio de bajo impacto y aprobado por tu médico, como caminar o nadar, para mantener la flexibilidad muscular y reducir la incidencia de calambres.
Calzado adecuado:
Usa calzado cómodo y de apoyo para evitar la tensión en los músculos de las piernas. Evita los tacones altos y opta por opciones que brinden estabilidad.
Consulta médica:
Si los calambres persisten o son intensos, consulta a tu profesional de la salud para descartar posibles problemas subyacentes.
Relajación antes de dormir:
Practica técnicas de relajación, como la respiración profunda o el yoga suave, antes de acostarte para reducir el estrés y mejorar la calidad del sueño.
Cuando se alivia un calambre es normal que los músculos estén sensibles o doloridos por un día, esto puede ser molestoso, pero debería desaparecer en 24 horas.