El queso aporta mucho más nutrientes que nuestro viejo conocido calcio; el alimento es también fuente de carbohidratos, proteínas, grasas, minerales, vitaminas y nutrientes que pueden beneficiar tu salud más de lo que crees.
Las proteínas formadas durante la producción de queso son responsables por la defensa del organismo y actúan contra virus y bacterias. Según un estudio realizado en un Congreso de Nutrición de Brasil, el queso también controla la hipertensión arterial, ya que el potasio, encontrado naturalmente en los lácteos, ayuda a equilibrar la cantidad de sodio en el organismo.
Algunos tipos de queso, como los curados (parmesano, mozarela) presentan cantidades reducidas o nulas de lactosa, lo que también permite su consumo por personas intolerantes o alérgicas a este componente.
Los quesos también ofrecen ventajas para quien quiere adelgazar o controlar su peso; tienen importantes minerales y vitaminas esenciales para el organismo, además de ofrecer opciones muy bajas en calorías, como el queso fresco, ricotta o cottage. También favorece el control de la masa corporal. El queso es un alimento antioxidante que reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares, debido a la cantidad de selenio que proporciona.
Ante todos estos beneficios, no te olvides añadir este grupo de alimentos a tu dieta diaria. Prefiera las versiones desnatadas o bajas en calorías, que ofrecen los mismos nutrientes, pero poca cantidad de grasas. Los quesos son perfectos para un desayuno saludable o para una cena ligera.
A pesar de que tiene un alto contenido de grasa, si se incluye en cantidades moderadas, es decir, dentro de los requerimientos calóricos, y se combina con una actividad física adecuada, puede proporcionar los nutrientes esenciales. Para que lo disfrutes aún más, te damos cinco propiedades del queso:
- Reduce las enfermedades crónicas: Es rico en ácido linoleico conjugado (CLA) y en los esfingolípidos, componentes de la lechegrasa que ayudan a reducir el riesgo de cáncer y padecimientos del corazón.
- Mejora tu sistema cardiovascular y reproductivo: Su grasa actúa como combustible para satisfacer las necesidades de energía del cuerpo. Además, los ácidos grasos como el linolénico (Omega-3) y linoleico (Omega-6) son esenciales para el crecimiento y beneficioso para los sistemas cardiovascular, reproductivo, inmunológico y nervioso.
- Favorece el crecimiento celular: Gracias a sus vitaminas A y D ayuda a mejorar la visión y el sistema inmunológico.
- Te llena de minerales esenciales: El calcio y el fósforo que te aporta contribuye al crecimiento y la fortaleza de los huesos y dientes. Es importante consumir productos lácteos a lo largo de su vida para mantener una buena densidad ósea y prevenir la osteoporosis.
- Útil para los intolerantes a la lactosa: No contienen grandes cantidades de esta enzima, por lo que todas las personas pueden consumirlo sin problemas.