Alimentos en actividades al aire libre. Estamos en plena temporada de organizar todo tipo de actividades al aire libre: cenas en el jardín, irnos de pesca todo el día (y por tanto comer varias veces afuera), organizar un lindo pic nic en un parque… etc. ¿Hay precauciones especiales a tomar? Por supuesto que sí y de ellas nos ocupamos en este post.
Las actividades al aire libre realmente nos seducen en verano ya que el aire fresco renueva el espíritu y despeja la mente. Cualquier excursión, propuesta de camping o caminata nos da la increíble oportunidad de pasar muy buenos ratos y cuando estas actividades involucran la preparación de por lo menos una comida. Lo prioritario es sostener y respetar los principios de inocuidad alimentaria tanto cuando prepares los alimentos en tu cocina como cuando los procesas o cocinas directamente al aire libre.
Hay una premisa prioritaria vinculada así de sencillamente a estos dos términos: caliente o frío.
Si no dispones de una fuente de calor o de algún envase térmico-aislante de excelente calidad capaz de mantener los alimentos calientes por más o menos una hora, es mejor optar por lo contrario, es decir, llevar alimentos fríos. La forma más sencilla es refrigerar o congelar los alimentos durante la noche.
El truco está al empacarlos para su viaje: lo más indicado es colocarlos cerca de cualquier fuente de frío, por ejemplo algún bloque de gel congelado, o en contacto con bebidas o cajitas congeladas. Al mismo tiempo que las bebidas se descongelaran durante el tiempo que dura la excursión, irá manteniendo los alimentos fríos.
¿Qué elegir? Hay una amplia opción, pero por ejemplo si hablamos de una excursión de un día, puedes llevar cosas prácticas tanto en tamaño como a la hora de consumirlas. En concreto sugiero: emparedados, pollo frito, pan y queso, e incluso ensaladas.