El abuso sexual infantil es una temática muy difícil de tratar, y que lamentablemente está instalada en nuestra sociedad. En el mundo se producen miles de situaciones de este tipo por año, y no sólo dejan secuelas en lo físico, sino que también en lo psicológico.
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Este monstruoso problema puede darse dentro de cualquier estrato de la sociedad, y lo peor de todo es que la gran mayoría de las veces los abusadores y la víctima forman parte del mismo círculo familiar. Esto se debe a la existencia de un vínculo de confianza que permite el acercamiento del depravado para su satisfacción.
¿Qué es el abuso sexual infantil?
Esta es la definición que nos brindan las enciclopedias según los especialistas: “Se considera abuso sexual infantil o pederastia a toda conducta en la que un menor es utilizado como objeto sexual por parte de otra persona con la que mantiene una relación de desigualdad, ya sea en cuanto a la edad, la madurez o el poder”.
Como verán, el concepto hace hincapié en que debe haber obligación de una parte sobre la otra (del adulto al niño). Muchas veces se relaciona el abuso sexual infantil al acceso carnal que ejerce una persona sobre un niño, pero esa es sólo una de las diferentes formas a través de la cual se puede ejercer esta monstruosidad.
Otras acciones ligadas a la pederastia son el manoseo, la exposición a la pornografía, el exhibicionismo y la aplicación constante de insultos de connotaciones sexuales, por nombrar solamente algunas.
Síntomas de abuso infantil
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Por lo general, cuando ocurre una situación de abuso infantil se pueden apreciar una serie de conductas e indicadores psicofísicos en el niño. La aparición de ropa interior rota, el alejamiento del niño de los adultos, huídas de las casa, aparición de símbolos sexuales en dibujos o escritos realizados por los pequeños, cambios en el modo de hablar, marcas físicas de golpes, alteración en el modo de hablar, depresión, etc.
Como decíamos al principio, la gran mayoría de los casos de abuso sexual en niños son perpetrados por personas que pertenecen al mismo círculo social. Esto no quiere decir que todos los padres deban mortificarse al respecto.
Los pederastas son personas que están mentalmente enfermas, y tienen una visión tan retorcida de la sociedad y los valores que disfrutan con el sufrimiento de otros. La peor parte está en que se esconden bajo la fachada de personas normales y en su sano juicio.
¿Qué hacer ante una situación de abuso sexual infantil?
Es muy duro para un niño contarle a un adulto qué es lo que ha ocurrido. Al momento de hablar sobre lo ocurrido, es necesario tomar la situación con calma y demostrarle al pequeño que puede confiar en quien está escuchando. Si bien es cierto que los niños suelen inventar cosas o contar historias fantasiosas, los especialistas indican que en el caso de abusos son completamente sinceros, y hay que creer en su palabra.
Hay que hacerle entender al niño que no es culpable por lo ocurrido, sino la víctima, y que hizo lo correcto al exponer lo que ocurrió. Y no duden en buscar ayuda profesional, porque los abusos sexuales son experiencias realmente traumáticas y se necesita de la ayuda de psicólogos y asistentes sociales para que la víctima pueda salir adelante.