De tanto en tanto aparecen informaciones con una clara intención: estimular el consumo de frutas y verduras en una sociedad que, a pesar de lo que se ha dicho hasta la majadería, se atiborra con dietas no aptas para vivir más allá de los 25 años sin sufrir un infarto o hipertensión.
Alimentación sana: evitando el cáncer
Esta es una de esas oportunidades. Nos hemos aprovechado de una reciente investigación científica llevada a cabo por la Universidad de Oxford, cuyos resultados han sido publicados por la revista Journal of Epidemiology and Community Health, para volver al tema de la importancia de mantener una dieta equilibrada.
Los investigadores crearon un modelo informático basado en datos de alimentación y nutrición recopilados entre los años 2005 y 2007. Concluyeron que los principales elementos de una dieta saludable diaria son: cinco porciones de fruta o verdura, como mínimo; 6grm. de sal, como máximo; 10% de grasas saturadas.
Gracias al modelo informático antes mencionado, la Universidad de Oxford ha determinado que las personas que poseen hábitos saludables de alimentación reducen los riesgos de padecer tumores y algunos tipos de cáncer, como el de esófago o el de estómago.
El cáncer y la dieta están relacionados.
Dieta y cáncer están relacionados. Una alimentación sana y equilibrada reduce tus posibilidades de sufrir esta enfermedad. Pero si comes mal, las aumentas. Según la Organización Mundial de la Salud, se podrían evitar el 30% de los casos de cáncer en todo el mundo con una dieta sana y equilibrada.
Hay muchas líneas de investigación abiertas sobre qué alimentos favorecen el cáncer y cuáles lo evitan. Está comprobado, por ejemplo, que un consumo excesivo de grasas saturadas puede provocar cáncer. También está demostrado que comer más fruta y verdura es beneficioso.
Pero un alimento no provoca, ni evita, el cáncer por sí sólo. Lo que influye es la dieta en su conjunto.
No existen los alimentos cancerígenos.
No hay ningún alimento que por sí mismo provoque cáncer. Lo que sí puede provocar esta enfermedad es una mala dieta mantenida durante mucho tiempo. «Es el conjunto de la alimentación lo que puede provocar un cáncer tumoral, no hay una lista cerrada de alimentos cancerígenos», explica la Dra. Graciela García , oncóloga de la Sociedad Española contra el Cáncer.
García da un ejemplo de una dieta que podría provocar cáncer. Habla de «Una alimentación muy rica en grasas de origen animal, en carne roja y en productos precocinados y pobre en fibra, verduras y fruta». Mantener este menú durante muchos años priva al organismo de muchos nutrientes. Es esta carencia la que puede provocar la enfermedad.
Pero comer mal también puede provocar cáncer a través de otra vía: la obesidad.«Determinados tumores sí están relacionados con un sobrepeso mantenido en el tiempo», comenta la Dra. García. Pero esto te lo explicamos en el siguiente paso de este practicograma.
Come más fruta, verduras y legumbres.
«Hay muchos estudios que ponen de relieve que las verduras, la fruta y las legumbres tienen un efecto protector frente al cáncer», explica la Dra. Irene Santacruz, de la Unidad de Coaching Nutricional del Hospital Nisa. «Sus compuestos tienen una acción directa para prevenir la enfermedad».
Estos alimentos aportan al organismo una gran cantidad de vitaminas, fibra y agentes fitoquímicos. Y son estos agentes los que tienen una acción protectora frente a los tumores cancerígenos (‘Guía de alimentación y salud’, UNED).
Santacruz resalta un aspecto en el que insistimos mucho en este reportaje: ninguna fruta ni verdura protege frente al cáncer por sí misma. «El brécol es muy beneficioso para prevenir esta enfermedad, pero no por comer sólo esta verdura se es inmune. Hay que tomarlo en el seno de una dieta sana y equilibrada», recalca la doctora.