Puedes amar tu trabajo y estar feliz con lo que haces, pero apuesto que no piensas eso todos los días cuando te levantas muy temprano por la mañana. Esto es algo que detesta casi todo el mundo (aunque también en muchos casos el sueño y cansancio vienen en otro momento del día, como por ejemplo después de almorzar). De cualquier forma, siempre hay un horario en el que sientes que necesitas dormir. Ten en cuenta estos pequeños y fáciles trucos para tener más energías al ir a trabajar.
Acondicionar el reloj biológico. Además del despertador, nuestro cuerpo posee un reloj biológico. Si nos acostumbramos a despertarnos a determinado horario, nuestro organismo regula las horas de sueño y en ese horario será más fácil levantarse. Por eso es importante mantenerlo durante los días que trabajamos e incluso durante las vacaciones. Quizás no sea exactamente el mismo horario, pero sí algo aproximado. Así será mas fácil día a día poder despertarnos mejor y con más energía.
Sal de las cobijas
El reloj despertador debe sacarte de la cama. No lo coloques en un sitio que puedas alcanzar sin salirte de las cobijas, o caerás en la trampa de los ‘5 minutitos más’ –porque eso generalmente te lleva a quedarte dormido un hora más, y para evitar llegar tarde al trabajo corres y arruinas toda tu mañana. Mejor levántate para desactivar la alarma y prepárate para arrancar tu día.
Abre la ventana
Corre las cortinas y deja entrar la luz del día a tu habitación –o el ambiente tipo cueva sólo te provocará más sueño– y abre la ventana para sentir el aire fresco en tu rostro. Estos dos estímulos son una gran manera de empezar el día.
Parpadea
Frotarse los ojos no es buena idea –además de arrugarte puedes lesionar seriamente la retina. Parpadear te ayudará a despegar las pestañas y a hacer que tu cerebro se active. Además, este movimiento ayuda a combatir las arrugas y bolsas en los ojos.
Toma agua
Deja un vaso o una botellita de agua en tu habitación desde la noche anterior, para que puedas tomarlo en cuanto abras los ojos. Tu boca se refrescará y el ligero cambio de temperatura corporal te ayudará a salir del letargo.
Despídete de la almohada
Si quieres pasar más tiempo en la cama, tienes que evitar quedarte recostado. Acomódate en una posición en la quedes sentado si quieres ver un poco de televisión. Las noticias o un canal de videos musicales son una buena opción para despertar, porque ayudan a que tu cerebro se concentre en algo y no se quede dormido de nuevo.
Muévete
Ya sea que te quedes un rato más en la cama o que ya te prepares para salir de tu habitación, estira y comienza a mover los músculos de tus piernas, brazos y cuello. No querrás meterte a la ducha estando tieso como zombie.
Intercambia amor
Si tienes compañía en la cama, ¡sácale provecho! Acariciarse el cabello, darse masajitos, hacerse reír y repartir besos antes de salir de la cama te llenarán de energía y buen humor.
Y si tienes hijos, haz un poco de lo mismo. Ya sea que los dejes entrar un momento a tu cama o tú te cueles en la suya, pero la idea es hacerles cariños, besarlos, y alegrarse mutuamente la mañana.
Dedícale 10 minutos a tu mascota
Sí, todo mundo tiene prisa en la mañana, pero esto no es pretexto para apapachar –y dejarte apapachar– por tu fiel compañero. Siéntate a acariciar y/o cepillar a tu perro o gato, y así, antes de estresarte por cualquier cosa, pasarás un momento lindo en las mañanas. Sus lengüetazos o ronroneos te harán esbozar una de las primeras sonrisas del día.
Goza tu ducha
Para seguir trazando tu buen humor, tienes que disfrutar este momento vigorizante. Sentir el agua caliente en todo tu cuerpo–o fría, si eso te hace sentir bien–, debe ser uno de tus momentos favoritos del día. Por eso elige un jabón, shampoo y esponja que te hagan sentir acariciado y que estimulen tus sentidos. Además, endulza tu ducha con un poco de música. De esta manera harás que tu cerebro trabaje sin comenzar a pensar en tus pendientes del día.
Come una fruta
Seguramente has escuchado una y otra vez que el desayuno es el alimento más importante del día. Pues así es, así que no lo eches en saco roto. Siéntate un momento para comerte una rebanada de melón con yogurt, o mastica tranquilamente una manzana. Esa primera dosis de azúcar le vendrá de maravilla a tu organismo. Si no tienes tiempo de desayunar algo más antes de salir de casa, asegúrate de llevar en tu bolso unas galletas de avena o un puñado de nueces para acompañar y hacer más reconfortante el café que te tomes al llegar a tu oficina.