Tangoterapia: mientras me curo, ¡bailo!

Jesus L. Rodriguez

Tangoterapia: mientras me curo, ¡bailo!

Desde que comencé mis clases de Tango hace más de diez años me di cuenta de su increíble valor terapéutico, aunque no lo decía con esas palabras. Sólo, ?me siento más animado, energético, contento??, y todo lo que de cada una de estos estados puede surgir.

Evidentemente el Tango mejora nuestra autoestima y nuestras relaciones, podríamos decir que lo mismo que sucede con cualquier baile, pero el Tango tiene sus particularidades especiales que le dan un plus benéfico para la salud.Tango-terapia es un sistema integrado de instrumentos del baile del tango, de su música y de su poesía que sobre la base de promover vivencias motivadoras, nos acerca al conocimiento del psiquismo profundo, permitiendo elaboraciones diagnósticas, terapéuticas y de investigación.

Su acción terapéutica reside básicamente en la intensidad y la profundidad de las emociones que despierta cuando se escuchan sus notas y se baila.

Los beneficios

  • Favorece el autoconocimiento. Ayuda a descubrirse a sí mismo, aumentando la autoestima y la confianza en las propias capacidades.
  • Promueve la integración mente y cuerpo. Porque implica concentrarse en un diálogo corporal.
  • Es un canalizador de los sentimientos. Cada movimiento y puesta en escena refleja el estado de ánimo y la psiquis, significados a través de la actitud, la calidad del movimiento y los gestos.
  • Pone al practicante en contacto con sus dificultades o conflictos, pues devela quién es y cómo interactúa con la pareja y el grupo.
  • Permite liberarse de antiguos miedos, prejuicios y tensiones, para estar más cerca de las emociones auténticas.
  • Mejora las relaciones interpersonales. De hecho, implica construir un vínculo con alguien que no se conoce y aprender a registrar los mensajes corporales, por lo que se hace necesario confiar en el otro y ser tolerante.
  • El abrazo cerrado propone una relación íntima y respetuosa, en la que se conjugan las miradas y el roce de la piel, favoreciendo la sensibilidad.
  • Propicia la empatía. En especial cuando los bailarines cambian de rol, lleva a que el hombre se ponga en el lugar de la mujer y viceversa. Este intercambio hace que se utilicen los dos hemisferios cerebrales: uno para guiar (masculino) y otro para dejarse llevar (femenino), lo que se aplica a la vida diaria.

    Para la salud

    Ejercita la improvisación y estimula la creatividad, porque propone situaciones que hay que resolver de inmediato. Como no hay una coreografía preestablecida, obliga a entenderse corporalmente con el otro. Esto es útil para trabajar trastornos de ansiedad, ya que el paciente debe tolerar el hecho de no saber qué viene y aprender a esperar.

    En los pacientes con Parkinson es sumamente útil porque mejora el equilibrio.

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