Síndrome de la clase turista

Jesus L. Rodriguez

Síndrome de la clase turista, Semana Santa, viajar, avión, viaje, dolor, hinchazónSi esta Semana Santa tienes pensado viajar y pasar tus vacaciones bien lejos, es importante que conozcas algunos consejos para evitar que un problema circulatorio se interponga en tus planes. Se conoce como ?síndrome de la clase turista? la aparición de trombosis venosa profunda (TVP) o de su complicación más grave, la embolia pulmonar (EP), en personas que han realizado un viaje prolongado en avión. Se define como ?prolongado? un viaje de duración superior a cinco horas.

La TVP y la EP son manifestaciones de lo que se conoce como ?enfermedad tromboembólica venosa?. La TVP consiste en la formación de coágulos de sangre en las venas profundas de las extremidades inferiores. Estos coágulos, formados durante la fase de movilidad reducida del viaje, pueden emigrar hacia territorios lejanos como los pulmones, y provocar una EP. La EP, a su vez, es la oclusión parcial o total de las arterias de los pulmones, por coágulos que han emigrado de lugares distantes como las piernas.

La particularidad más importante de este fenómeno es que la EP es una enfermedad potencialmente letal, de ahí la importancia de su prevención y detección.

El ?síndrome de la clase turista? se conoce también como ?síndrome del viajero inmóvil? al estar relacionado en parte con la reducción de la movilidad observada en los viajes prolongados en avión. El nombre se relaciona en general con la ?clase turista? de los aviones por las limitaciones de espacio en la cabina de un avión en esta clase. Este nombre se utiliza desde hace unos treinta años. Si las limitaciones de espacio son más aparentes en la clase turista, no se debe creer que este fenómeno no pueda desarrollarse asimismo en viajeros que ocupen asientos de clase preferente o primera clase. Si bien el factor edad es importante, las personas jóvenes no están exentas del riesgo de presentar TVP y EP.

Síntomas :

Los síntomas más aparentes de la TVP son la hinchazón de una extremidad, acompañada o no de dolor en la pantorrilla. Estos síntomas obligan a pensar, tras un viaje prolongado en avión, tren o automóvil, en la posibilidad de un proceso anómalo, en especial cuando la extremidad presentaba un aspecto normal antes de iniciarse el viaje.

En cuanto a los síntomas de EP, pueden variar desde dolor en la cara anterior del tórax o sensación de incomodidad por presión que dificulta la respiración, hasta la muerte súbita poco después de acabado el viaje y, por lo general, una vez ha aterrizado el avión.

Las medidas preventivas para evitar los efectos de esta afección consisten en moverse por el pasillo del avión cada hora, beber agua y ajustarse la ropa, calzado y cinturones de forma que no impidan la circulación, hacer ejercicios de los músculos de la pantorrilla y dormir en posiciones que una extremidad o parte del cuerpo no impida la circulación en otra. En pacientes con alto riesgo de trombosis se ha ensayado la aspirina.

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