Las nuevas tecnologías pueden fomentar el sedentarismo y contribuir así a aumentar las tasas de obesidad, pero también pueden usarse en beneficio del paciente para ayudarle a llevar hábitos saludables y seguir una dieta adecuada. Esto último es lo que prometen centenares de aplicaciones para ‘smartphones’, aunque el problema está en distinguir, de entre todas ellas, cuáles siguen criterios científicos y cuáles son un fraude o pueden incluso perjudicar la salud del usuario.
Este ha sido el objetivo de un trabajo realizado en la Universidad George Washington (EEUU), que ha analizado más de 200 ‘apps’ para iPhone destinadas a perder peso. Muchas de ellas siguen recomendaciones médicas que pueden resultar útiles, pero la mayoría no lo hacen de forma exhaustiva y muy pocas tienen en cuenta todos los criterios médicos que han de aplicarse a una dieta.
Al igual que en el negocio editorial, algunas de cuyas propuestas dietéticas más celebradas no son saludables (http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/05/13/nutricion/1305287010.html), existen numerosas aplicaciones cuyos planes de adelgazamiento pueden perjudicar al usuario. Los autores del estudio, liderado por Emily Breton y publicado en ‘Translational Behavioural Medicine’ (TBM) (http://www.springer.com/medicine/journal/13142), han identificado ‘apps’ que proponen beber limonada todo el día o comer sólo manzanas (lo que no es aconsejable). O incluso otra que, no se sabe si en tono humorístico, propone usar la función de vibrador del móvil para quemar células de grasa en el vientre.
Los investigadores analizaron la calidad de las ‘apps’ de acuerdo a 13 recomendaciones dietéticas hechas por distintos organismos públicos de salud en EEUU. Aunque la mayoría de las aplicaciones estudiadas respondían a alguno de estos criterios científicos, sólo el 15% de las mismas reunía cinco o más recomendaciones saludables.
Equilibrio calórico
El 6% de las ‘apps’, además, no cumplía ni uno solo de los criterios aconsejables para hacer dieta, algunos tan aparentemente sencillos como animar a comer fruta y verdura, tener en cuenta el peso del usuario o guardar un equilibrio entre las calorías que se ingieren y las que se queman en la actividad diaria. El programa mejor evaluado (llamado SparkPeople) reunía 12 de estos 13 criterios empleados.
«Las ‘apps’ para ‘smartphones’ pueden ser prometedoras para ayudar a la gente a mejorar su salud. Sin embargo, la investigación académica de estas aplicaciones, para este y otros propósitos relacionados con la salud, no ha mantenido el ritmo de las innovaciones tecnológicas, y su eficacia aún está por determinar», señalan los autores en su estudio.
La investigación reveló, además, que las valoraciones que hacen los usuarios de las ‘apps’ no guardan relación con las cualidades científicas de las mismas. Por todo ello, los autores concluyen que los usuarios de ‘apps’ deberían «buscar fuentes adicionales de autoayuda, preferiblemente aquellas que han recibido aportaciones y evaluación de profesionales».