¿Salar o no salar? ¿Es esa la cuestión? Existe la idea generalizada de que el consumo de sal puede producir hipertensión y otros transtornos alimenticios; por eso muchas veces intentamos limitar nuestro consumo de sal e incluso a algunas personas directamente se les prohíbe.
Pero hay una cuestión importante de la que no se habla. La sal común que utilizamos día a día y que compramos en el supermercado, ¿es pura y natural? ¿Es lo mismo consumir sal procesada que sal sin procesar?
¿Es buena la sal?
En términos químicos, la sal de mesa es cloruro de sodio (NaCl). Ambas sustancias son vitales para el correcto funcionamiento del cuerpo. El sodio cumple un rol primordial en el metabolismo celular, en el correcto funcionamiento de los músculos, contribuye a mantener el equilibrio ácido-base, entre muchas otras funciones vitales.
El cloruro participa de las mismas funciones y muchas otras, como mantener en buen estado las articulaciones y favorecer la depuración del hígado. Un déficit de alguna de estas dos sustancias traería serios problemas de salud. La falta de sal o hiponatremia produce serios desórdenes que hasta podrían ser mortales.
Entonces, ¿por qué se dice que la sal es mala?
El problema no es la sal en sí, sino el proceso de refinamiento de la sal. Durante este proceso se le añaden agentes químicos que desestabilizan su estructura. Por ejemplo, se le añade iodo, aluminio u otro antiaglutinante para evitar la formación de grumos; se la somete a altas temperaturas y a un “lavado” en el cual pierde todos los minerales y microelementos que la componen, además del sodio y del cloruro. Queda una sal empobrecida, con un alto contenido en sodio y otras sustancias tóxicas, incluyendo trazas de metales. Todo esto además se usa para darle su color blanco característico y su textura arenosa que no tienen nada que ver con la verdadera sal que produce la Tierra.
¿Sal marina es la alternativa?
A estas alturas, muchos pensarían que la alternativa es evitar la sal por completo. Pero no es necesario ser tan drástico. Los beneficios de la sal marina la convierten en la alternativa ideal para sustituir la sal común. Se puede conseguir en tiendas naturistas. La sal de mar contiene el equilibro natural entre sodio y cloruro que requiere el cuerpo.
La sal marina ayuda a mantener niveles de azúcar en sangre normales, reduce el colesterol y la presión sanguínea, y previene la osteoporosis. Además, contiene otros microelementos igualmente fundamentales, como magnesio, calcio, azufre y otros más, todos ellos provenientes de las algas.
La alimentación es la base de la calidad de vida de toda persona, y cuantos menos alimentos industrializados consumamos, mayor será nuestra calidad de vida. Las diferencias se notan en tiempo récord.
Y además es una buena noticia para quienes sufren de hipertensión y las personas a las que se les ha prohibido todo consumo de sal: ahora saben que existe una alternativa. Siempre consultando a un especialista y también buscando información por cuenta propia. Entonces, la cuestión resulta ser: ¿con qué salar? Y la respuesta es: con sal de mar.
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yo sufro hipertencio no hay problema porque consuma sal de mar