Porque comemos sin tener hambre

Jesus L. Rodriguez

El comer sin tener hambre Está muy relacionada con la depresión, los miedos y fobias y conlleva a otros problemas de salud, como el sobre peso y la obesidad entre otros muchas razones por que comemos sin tener hambre.

Esta enfermedad afecta sobre todo a personas con obesidad que siguen dietas por largos periodos, pero no descarta a personas que tienen un peso normal. Se presenta más en mujeres que en hombres y mucho más en personas jóvenes.

Este problema se caracteriza por que la persona come en poco tiempo una cantidad mayor a la que se debe consumir normalmente, de forma exagerada, descontrolada y con mucha ansia. Este problema va seguido de malestar, vergüenza y culpa, no solamente por la forma de comportamiento sino por el aumento de peso que general.

Otra de las manifestaciones es que es parte del famoso síndrome del efecto yoyo, es decir, bajar y subir de peso continuamente, con los riesgos que conlleva esta inestabilidad en el organismo.

Es un problema que afecta de forma integral a quienes la padecen, ya que no solamente ocasiona diversos problemas fisiológicos, sino también muchos problemas emocionales y sociales.

El comer compulsivamente, se caracteriza por comer una gran cantidad de alimento sin poder controlarla, aunque no se tenga hambre o ya se sienta el estómago lleno, o sea que se pierde el control de lo que se come. Muchas veces sucede cuando la persona no puede controlar una emoción negativa y su ansiedad aumenta, lo que ocasiona un problema metabólico que se convierte en un círculo vicioso, come, se angustia, come, se angustia.

Otra característica es la obsesión a la comida y por iniciar dietas de todo tipo, que no llegan a concluir y rompen fácilmente y en muy poco tiempo.

Estas personas, por lo general se sienten culpables por no poder controlar la ingestión de alimentos y llegan a obsesionarse por su peso de forma enfermiza.
El comedor compulsivo, a diferencia de los enfermos de bulimia y anorexia, no se inducen el vomito, ni toman laxantes ni diuréticos.

Las personas que padecen este tipo de trastorno responden de manera inadecuada a situaciones de stress, problemas cotidianos y conflictos emocionales. Tienen baja autoestima, son perfeccionistas y exigente y con tendencia a la impulsividad. El alimento lo utilizan como una forma de calmar las situaciones que les son difíciles de sobrellevar.

Hombres y mujeres comedores compulsivos se esconden algunas veces detrás de su apariencia física, creando un bloqueo entre ellos y la sociedad y se sienten culpables por no ser lo suficientemente buenos. Muchos de ellos fueron víctimas de abuso sexual.

Con una baja autoestima, acompañada de una necesidad de aceptación, validación y cariño, los episodios de atracones y los momentos en los que come, se convierten en una obsesión y en una forma de olvidar el intenso dolor que les produce el no ser aceptados y el afán de ser queridos.

La consecuencia de este comportamiento es la suma de calorías sin justificación alguna. Es por eso que hoy vamos a ver un listado de las razones más comunes por las que comemos sin tener hambre. Quizás te identificas con alguno de los casos y cambias esos hábitos.

Comer en grupo. Compartir una cena entre varios puede ser una ocasión muy divertida, pero hay veces en las que los otros no han terminado de comer o simplemente están más hambrientos que nosotros y siguen comiendo. Entonces, para no dejar de acompañar nosotros también comemos.

Comemos Por costumbre y placer

Comemos en exceso por muchos motivos. Pero principalmente por costumbre. Actualmente comer es un evento social. Cuando quieres reunirte para hablar con alguien, lo invitas a un restaurant, a tu casa a una cena, o a un café o una tasca, y bebes y comes algo. Nadie invita a una persona a caminar y hablamos, o al gimnasio y hablamos. No nos acostumbraron a eso.

Los anuncios influyen en nuestro apetito: El mundo de la publicidad sabe muy bien cómo provocar ciertas emociones y lo aprovecha para conseguir más ventas, que cantamos su melodía o sepamos su eslogan, y por supuesto que si es de comida nos incita a comer.

soledad y aburrimiento: suele pasar cuando estamos solos y sin nada que hacer , nos da por comer sin tener realmente hambre, la solución es encontrar maneras de involucrar a su interés y la imaginación.

Por Problemas de hidratación. los síntomas de la deshidratación son muy similares a los de sentir hambre, lo que lleva a pensar que se necesitan alimentos para aumentar la energía, pero en realidad es agua lo que el organismo pide.

Por Influencias sociales: Las presiones externas o el estrés continuado son situaciones que pueden llevar a experimentar sentimientos de angustia y/o ansiedad que en un gran número de personas inducen a comer para suavizarlas.

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