La intolerancia a la lactosa es la imposibilidad de asimilar adecuadamente el azúcar presente en los lácteos a causa de falta de la enzima lactasa. Los síntomas suelen ser diarreas, dolor abdominal, flatulencia, pérdida de peso sin variar la alimentación, etc. Las dos pruebas más comunes para detectar esta enfermedad son la prueba de sangre y la prueba de hidrógeno en el aliento, que es la más común, aunque algunas veces también se utiliza la biopsia del intestino delgado.
La lactosa es un azúcar que encontramos en todas las leches de los animales mamíferos. Es un disacárido natural compuesto de glucosa y galactosa. Para descomponer este tipo de azúcar necesitamos la lactasa, una enzima producida por el intestino delgado, mediante la cual nuestro organismo puede absorber este componente. Por lo tanto, si nuestros niveles de lactasa son bajos o no realizan correctamente su función, aparecen dificultades para digerir la lactosa.
La actividad de la lactasa es alta en niños pequeños y suele ir disminuyen en proporción a la menor ingesta de leche en la alimentación. Algunos adultos pueden tener tasas muy bajas de lactasa y en cambio no tener síntomas de intolerancia a la lactosa.
Además, esta enfermedad no afecta a todas las personas por igual. Algunas notan síntomas consumiendo pequeñas cantidades, mientras que otras tienen el umbral de sensibilidad mucho más alto y es más complicado, por lo tanto, la asociación con este tipo de trastorno.
Los síntomas que se presentan después de consumir lactosa por personas que tienen intolerancia a la misma, suelen ser: Nauseas, vómitos, diarrea, hinchazon abdominal, gases, vómitos, etc., y además parece estar más presente en algunas razas, como los árabes o los talaindases. Además puede estar causada por orígenes genéticos o por otro tipo de causas, como puede ser el haber tenido problemas intestinales por algún tipo de virus o bacteria, toma de ciertos antibióticos o intolerancia al gluten. Cuando su origen es de tipo genético no existe curación posible, dado que la persona no recupera la enzima. Cuando está causada por otros motivos sí que es posible su curación total.
Pruebas para detectarla:
Test de Hidrógeno en el aliento: es la prueba más común. El hidrógeno detectado en el aliento indica que el azúcar no ha sido bien absorbido por el intestino delgado, por lo que se debe constatar el nivel después de haber consumido lactosa. Es una prueba totalmente indolora, en la cual nos piden que respiremos dentro de un recipiente.
Test Sanguineo: del mismo modo que con el anterior test, es necesario suministrar al paciente lactosa antes de tomar la muestra de sangre, la cual se hará entre media hora y dos horas después de la ingesta. Esta prueba buscará los niveles de glucosa en sangre.
Por último, la Biopsia del Intestino Delgado se realiza introduciendo un tubo en el mismo para obtener muestras de tejido que posteriormente serán analizadas para verificar si hay o no presencia de lactasa.
Antes de cualquiera de estas pruebas no se debe de ingerir ningún tipo de alimento y evitar el ejercicio físico intenso.
señores saludos desde Guayaquil, soy homeópata naturista y les tengo buenas noticias en cuanto a los molestosos síntomas de intolerancia a la lactosa. y lo mejor es que tiene cura.
este es mi recetas:
por 1 mes no tome ninguna clase de leche y en vez de eso, consuma manzanas de cualquier color al menos 4 diarias y también no coma nada frito. verá los resultados escríbanme al xavierpalmaiz@hotmail.com
bye