Las propiedades que se le atribuyen al ajo son casi innumerables: mejora el sistema inmunológico del organismo, incrementando las defensas del organismo, aumenta la energía y la vitalidad, es anticoagulante, vasodilatador y depurador: mejora la circulación sanguínea dilatando los vasos, aumentando el flujo sanguíneo y protegiendo al mismo tiempo el corazón y las arterias, dándoles mayor flexibilidad, todo esto ayuda a combatir la hipertensión. Asimismo es un estupendo antiséptico y expectorante, por lo que protege el sistema respiratorio.
Ajo para sanar
Un refrán popular de los países de América Latina dice “ajo cocido, ajo perdido”. La forma en que se prepara y se ingiere el ajo es importante para obtener sus beneficios. La mejor forma de aprovechar todas sus propiedades medicinales es consumirlo en forma cruda ya que cocido pierde más del 90% de su efectividad. Puedes comerlo entero, picado muy finamente o machacado.
Ayuda a controlar los niveles de colesterol y triglicéridos
en sangre, según lo ha mostrado un metaanálisis que incluyó a 26 estudios diferentes. Por lo tanto, puede ser de gran utilidad para quienes presentan dislipemias en su organismo.
Antibiótico natural
En 1858 Louis Pasteur mostró que el ajo era un antibiótico natural, ya que detenía el crecimiento de bacterias que eran preparadas en un cultivo de laboratorio; durante la Segunda Guerra Mundial, debido a la escasez de antibióticos, el ejército ruso lo utilizó masivamente.
Es una buena fuente de minerales y vitaminas, entre los que destaca el potasio, fósforo, selenio, zinc, vitaminas del complejo B y en menor medida, vitamina C y E.
Controla el colesterol
Un estudio de la Escuela de Medicina de la Universidad Stanford, en California señala que la alicina que contiene el ajo reduce los niveles de colesterol total y triglicéridos altos. La alicina es un compuesto azufrado que se encuentra en el ajo que solo aparece cuando el ajo es machacado o cortado.
Contribuye a controlar la presión arterial y mejorar la circulación sanguínea debido a que posee efectos vasodilatadores y antitrombóticos en el organismo, entre ellos, sus compuestos sulfurados.
Mejora la circulación
Al ayudar a disminuir el colesterol y prevenir que este se adhiera a las paredes arteriales, se disminuyen también las obstrucciones arteriales o arteriosclerosis que es la causa de la mayoría de infartos al corazón y derrames cerebrales. El principal efecto positivo del ajo proviene de la vitamina B, misma que reduce los niveles de homocisteína, una sustancia que puede dañar las paredes de los vasos sanguíneos y del selenio que ayuda a combatir las enfermedades del corazón.
Provee antioxidantes e incrementa la capacidad del organismo para luchar contra el estrés oxidativo que puede dañar células de todo el cuerpo e inducir problemas cardiovasculares. Además, impide la oxidación de lípidos por lo que ayuda a prevenir la aterosclerosis.
contra la hipertensión
Un ensayo clínico de la Universidad de Adelaida, Australia analizó los efectos del ajo sobre el sistema circulatorio para controlar la presión sanguínea y encontró que los participantes con presión arterial alta, que ingirieron un solo diente de ajo al día tenían una reducción significativa en la presión arterial sistólica y diastólica. E
También tiene propiedades antibacteriales, antivirales y antimicóticos, es antiinflamatorio, puede ayudar a reducir el nivel de colesterol “malo” y aumentar el nivel de colesterol “bueno”. Incrementa la fluidez de la sangre, ayuda a incrementar el nivel de serotonina en el cerebro, combatiendo el estrés y la depresión. Es antioxidante, desintoxicante y puede ayudar a incrementar el nivel de insulina, reduciendo así los niveles de azúcar en la sangre; protege el sistema digestivo
Anticancerígeno
Un estudio de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill halló que las personas que consumen ajo crudo tienen la mitad de riesgo de cáncer de estómago y dos tercios el riesgo de cáncer colorrectal. El ajo bloquea la formación de potentes anticancerosos, denominados nitrosamina, que pueden producirse durante la digestión de determinados alimentos.
Favorece la digestión
Según un estudio de la Universidad de Pennsylvania en Estados Unidos, comer de 1/3 a 1/2 diente de ajo a la semana cuida los intestinos y puede reducir en un 50 % el riesgo de cáncer de colon.Tomar ajo favorece la secreción de jugos estomacales, su acción antiséptica y antibiótica combaten numerosas enfermedades del aparato digestivo.
descongestionante
El ajo es uno de los remedios caseros más populares usados en casos de resfriados. Se le atribuye un efecto descongestionante en el tratamiento de las afecciones en las vías respiratorias, resolviendo las congestiones, promoviendo la desinfección, desinflamando los bronquios y como expectorante.
Estimulante de las defensas
Un estudio del Instituto Tecnológico Agroalimentario y consideraciones emitidas por nutricionistas de la Agencia de Noticias de Información Alternativa (ANIA) de España asegura que el ajo reúne muchas propiedades antivirales y bactericidas que contribuye al refuerzo del sistema inmunológico y elevar las defensas.
Contra la impotencia sexual
Los científicos han descubierto que el consumo de ajo puede aumentar el deseo sexual de los hombres que experimentan impotencia. Un estudio realizado en San Thomas Hospital de Reino Unido demostró que el consumo de 4 dientes de ajo crudo al día ayuda a reducir el colesterol y contribuyó a mejorar el flujo sanguíneo en el pene que resulta en más erecciones.
Para una piel bella
Además de todos los usos anteriores, el ajo tiene una eficaz propiedad curativa y embellecedora sobre la piel. Su poder antioxidante ayuda a la piel y tejidos a regenerarse y mantenerse jóvenes. Las mascarillas de ajo suavizan la piel y la fortalecen, además de ayudar a la regeneración celular.
Todas estas propiedades se consiguen si es consumido crudo porque pierde muchas propiedades si está cocinado. Se puede consumir crudo cortado muy fino y mezclado en ensaladas, con judía verde y patatas al vapor, sobre anchoas o sardinas y un chorrito de aceite de oliva, triturado en el gazpacho, sobre pimientos asados, champiñones o setas. También se puede frotar sobre pan tostado, con escalibada o como componente de salsas.
Contraindicaciones
Sin embargo, si se sufre de hemorragias, ardores estomacales, hipertiroidismo, disminución de plaquetas en sangre, o se está bajo tratamientos con anticoagulantes o hemostáticos, es importante consultar con un médico antes de consumir ajo. Asimismo, este producto consumido en grandes cantidades puede producir irritación intestinal y en algunas personas alergias. Lo recomendable es que se consuma de 1 a 2 ajos diarios y no más.