La adolescencia conlleva cambios físicos, psicológicos y emocionales que pueden llevar consigo problemas de comportamiento en los niños y niñas y que pueden marcar la personalidad de las personas en su edad adulta. Es un período clave de rebeldía contra todo y contra todos que el niño/a puede vivir en algunas ocasiones como traumático.
Son muchas las preguntas que los padres y tutores se hacen durante este período, se deben se autoritarios o simple observadores, cuándo deben poner límites, si deben adaptar las normas que existían, etc. Y también muchas las de los adolescentes ya que ellos/as se sienten incomprendidos, no valorados, en muchas ocasiones atrapados en un cuerpo de adulto, con más responsabilidades que cuando eran niños/as pero con los mismos derechos que entonces. Todo ello genera confusión tanto en los padres y tutores como en los/as adolescentes ya que ambos están inmersos en este proceso de cambio.
A todo ello hay que añadir los cambios sociales, el botellón, las redes sociales, el acoso escolar, los cánones de belleza impuestos, la moda.
Como seres humanos somos únicos e irrepetibles, es decir que cada uno/a de nosotros/as viviremos este período de forma distinta, es por ello que dar pautas generalizadas sobre el paso de la adolescencia a la madurez sería infructuoso e incluso contraproducente.
Los animales cuando tienen crías su finalidad es enseñarles a alimentarse, cuando esto ocurre los dejan marcha, en nuestro caso es más complicado debemos darles el poder y la libertad de decidir su propio camino, de enseñarse a ser personas valiosas en si mismas no a la vista de la sociedad y ahí precisamente es donde radica el mayor problema, no podemos imponer nuestro punto de vista debemos acompañar, guiar cuando nos lo requieran, observar y retirarnos cuando así nos lo muestren. Es por todo ello que desde el sentimiento no se pueden conseguir en muchos casos estas premisas por ello es necesario acudir a la psicología para analizar nuestra situación particular y conseguir nuestro objetivo, un paso de la adolescencia a la madurez satisfactorio para ambas partes padres, educadores o tutores y adolescentes. Y conseguir que una etapa que a priori se nos presenta oscura sea llevada a cabo con tranquilidad y que conlleve un aprendizaje de nuestros valores y fortalezas.