La alimentación ha ido evolucionando a medida que la inteligencia del ser humano ha sido capaz de adaptar el entorno a sus necesidades. Desde una perspectiva histórica y social, hombres y mujeres fueron recolectores, alimentándose de frutos, tubérculos, raíces y semillas. Después hizo su aparición la caza, que introduce la carne de los animales en su dieta, comiéndola cruda o conservándola en sal.
Posteriormente, el fuego constituyó la revolución más importante en las técnicas de la alimentación, ya que permitió al hombre y a la mujer ampliar la forma de cocinar los alimentos, haciéndolos más sabrosos.
Otro salto en la historia nos lleva a la persona agricultora y ganadera que incorpora nuevos alimentos a su dieta, como las legumbres, cereales, vegetales, además de tener la carne asegurada. Antes de aplicar la tecnología a la alimentación, ésta dependía sobre todo de los cultivos y la preparación de los alimentos.
La tecnología ha producido cambios en la producción. Ahora, se efectúa la selección de razas mediante procedimientos genéticos, hay nuevos métodos en la alimentación, piscifactorías para la cría de pescado en cautividad y también se utilizan nuevos adobos y herbicidas para aumentar las cosechas, así como invernaderos para obtener productos fuera de temporada.
En la conservación hemos pasado de la salazón, los ahumados, la fermentación y la deshidratación, a técnicas como la refrigeración (de 2 a 0ºC), la congelación (de -5 a -18 ºC), la super congelación (de -18 a -40ºC), la esterilización (de 110 a 140ºC), pasteurización e irradiación mediante rayos ionizantes, que permiten que los alimentos se conserven más tiempo y en mejores condiciones.
También se han introducido cambios sorprendentes en el transporte; así, hemos pasado del carro tirado por animales a los grandes camiones isotérmicos o refrigeradores. El consumo de alimentos tiene una gran dependencia de la publicidad, que induce a las personas a comprar un determinado producto. La publicidad no sólo vende el producto, en ocasiones vende prestigio, éxito social, éxito sexual, etc.