Historias alternativas: Historia de la Musicoterapia

Jesus L. Rodriguez

Historias alternativas: Historia de la Musicoterapia

Seguramente encuentres en la música una herramienta muy interesante para tu bienestar. No son pocos los que llegan cansados de trabajar y se ponen a escuchar tango, jazz o bossa nova para distenderse, o a la inversa, los que escuchan rock duro o heavy metal para levantar el ánimo. Es que la música tiene una extraordinaria capacidad para generar sensaciones en el organismo, y muchos lo tienen bien claro.

La musicoterapia es la terapia alternativa que trabaja con esto en mente, buscando mejorar la salud del paciente y alcanzando varios dominios de la misma, tales como el aspecto mental, físico, social, espiritual o emocional, por ejemplo. Con el correr de los años esta terapia ha ido evolucionando muchísimo, y ha dejado de ser una mera práctica ritual para constituirse en una terapia alternativa propiamente dicha, verificada en innumerables ocasiones por la medicina tradicional.

Para elaborar una breve historia de la musicoterapia es necesario abrirse paso hacia civilizaciones antiguas, como bien suele suceder entre la amplia mayoría de terapias alternativas. Es en el Antiguo Egipto hacia el año 1.500 a.C. donde encontramos las primeras referencias a los beneficios de la música, en ese caso relacionada a la fertilidad femenina.
El uso de la música es tan antiguo como el mismo hombre, podemos diferenciar tres etapas en la evolución de este uso.

  • Primera Etapa Mágica – Religiosa

Ya en los papiros médicos egipcios del año 1500 A.C., se hace referencia al encantamiento de la música relacionándola con la fertilidad de la mujer.

En la Biblia encontramos como David efectuaba música curativa frente al rey Saúl. Muchas leyendas, cosmogonías y ritos sobre el origen del universo en diversas culturas, el sonido juega un papel decisivo.

Así pues, la música fue para el hombre primitivo un medio de comunicación con el infinito por ejemplo: para los egipcios el Dios Thot creó el mundo con su voz. Los médicos brujos solían y suelen utilizar en sus ritos mágicos, canciones y sonidos para expulsar los espíritus malignos que existen en el individuo enfermo y se ayudan con la danza, la expresión corporal y la ejecución instrumental.

  • Segunda Etapa Precientífica

Los griegos dieron a la música un empleo razonable y lógico, sin implicaciones mágicas religiosas, utilizándola como prevención y curación de las enfermedades físicas y mentales.

Aristóteles hablaba del valor médico de la música y Platón la recomendaba con las danzas para los terrores y las fobias.

En el siglo XV, Ficino se esfuerza por una explicación física de los efectos de la música, uniendo la filosofía, medicina, música, magia y astrología. Ficino aconsejaba que el hombre melancólico ejecutara e inventara aires musicales.

A mediados del siglo XVII, Burton reunió todos los ejemplos disponibles de curación por medio de la música. Así mismo, en este siglo se realizan gran cantidad de estudios y tratados.

En el siglo XVIII, se habló de los efectos de la música sobre las fibras del organismo, se le atribuyó un efecto triple a la música: Calmante, incitante y armonizante.
En el siglo XIX, Esquirol, psiquiatra francés, ensayó la música para curar pacientes con enfermedades mentales. Tissot, médico suizo, diferenciaba la música incitativa y calmante y estimaba que en el caso de epilepsia estaba contraindicada la música.

  • Tercera etapa Científica

Entre 1900 y 1950 el creador de la rítmica y precursor de la Musicoterapia fue Emile Jacques Dalcroze; sostenía que el organismo humano es susceptible de ser educado eficazmente conforme al impulso de la música. Unió los ritmos musicales y corporales, sus discípulos fueron pioneros de la Terapia Educativa Rítmica.

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