Algunas terapias alternativas que están de moda hoy, tienen en realidad cientos de años de historia. La Cromoterapia es una de ellas, y a pesar de que a lo largo de la historia de la Cromoterapia (o terapia de los colores) el método ha experimentado altos y bajos niveles de popularidad, lo cierto es que el poder de sanación de los colores fue descubierto por antiguas civilizaciones.
Esta terapia alternativa fue practicada por la civilización egipcia, la antigua China a partir de los fundamentos de la Medicina Tradicional China, en la India gracias a la Ayurveda y heredada a partir de ellas al Tíbet y a otras partes de Asia. Los pueblos musulmanes la aprovechaban de forma diversa, y era común que las mezquitas iraníes se utilizaran azulejos con diferentes colores para inspirar el espíritu y purificarlo.
Un caso concreto famoso de aplicación antigua de la Cromoterapia es el del Templo de Heliópolis, que fue diseñado de tal forma que los rayos provenientes del Sol se descompusieran en los siete colores del espectro, para así utilizarlos con propósitos curativos. A partir de la arquitectura se pretendían aprovechar las propiedades de los colores, aunque sin aplicaciones medicinales concretas.
Se trata de una técnica basada en el empleo de los colores para prevenir y tratar distintas afecciones del cuerpo y de la mente y aumentar el bienestar. El color no sólo influye en nuestra imagen, sino que también es un reflejo de nuestra salud y nuestras emociones y además es capaz de modificarlas.
Ciertas dolencias habituales como la falta de vitalidad, los dolores de cabeza, fiebre, úlceras, caída del cabello, estrés, depresión, angustia, ansiedad, resfriados y otros muchos desórdenes leves pueden tratarse con esta medicina alternativa.
Según los expertos, estas técnicas utilizadas desde la antigüedad en Egipto, Grecia, la India y China, actúan siguiendo los principios de la medicina energética, que sostienen que el color es luz, la luz es energía y la energía puede actuar sobre el cuerpo humano.
En el hogar, el colorido del entorno puede ocasionar diferentes disposiciones anímicas. La cromoterapia puede ponerse al servicio de la decoración y adaptarse a su hogar causando un mejor ambiente que indicirá de manera favorable en su salud y equilibrio personal.
Para decorar hay que tener en cuenta que un color no puede considerarse aisladamente, sino que hay que estudiar su entorno, aunque para cada caso se recomiende un color en concreto.
Los colores cálidos
Los que provienen del rojo y el amarillo, atraen, dan idea de extensión, son estimulantes y alegres. Sugieren delicadeza y suavidad cuando tienen matices claros, o vitalidad, poder y energía si predomina el rojo.
Los colores fríos
Los que provienen del azul y el verde alejan y empequeñecen el espacio, son tranquilos y sedantes. Expresan frescura, descanso, soledad y esperanza si predominan los matices claros, o melancolía, misterio, reserva y depresión con predominio del azul.
El Rojo
Se trata de un color del que no se debe abusar. Sirve para objetos pequeños o rincones oscuros. No debe utilizarse en áreas de trabajo. No es recomendable utilizarlo en más de un 7% de la casa. Es un color ideal para combatir el mal humor, estimula y activa la vitalidad. Ejerce buenas influencias contra la depresión y el decaimiento.
El Naranja
Es ideal para áreas de reunión, salas de estar, comedores y salones. No debe superar el 30% del color total de la casa. El naranja favorece la armonía entre los presentes, es alegre y estimulante (sin llegar a producir el estímulo del color rojo) y aumenta la energía vital.
El Amarillo
Es aconsejable para zonas de estudio, ya que favorece la concentración y la inspiración; pero no debe utilizarse si es muy intenso porque confunde la mente. No conviene usarlo en más del 9% de ningún área. El amarillo está especialmente indicado para personas introvertidas y estimula la mente y la creatividad.
El Verde
Se utiliza para dormitorios y áreas de descanso por ser un color relajante. No conviene utilizarlo para más del 5% de la casa. Es un color sedante y calmante, reduce los ritmos biológicos estimulados en exceso. Se recomienda para frecuentes estados de irritación y nerviosismo.
El Azul
Se trata de un color muy tranquilo y relajante, muy utilizado en los hospitales. Se recomienda para habitaciones en climas muy cálidos o donde se quiera crear un lugar para la reflexión. No se recomienda usarlo en más de un 30% de la casa y debe evitarse en los espacios para personas depresivas. Ayuda a disminuir la tensión nerviosa, eliminar las ideas obsesivas y conseguir una mayor estabilidad emocional.
El Blanco
La gama del blanco resulta adecuada para cualquier espacio (es el color indicado cuando hay dudas), especialmente para cuartos de baño y dormitorios, excepto en climas muy fríos y en habitacines de niños pequeños. Es beneficioso para toda clase de desordenes.
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