En nuestro primer post dedicado a este tema, describíamos al detalle y con palabras sencillas de qué se trata esta enfermedad, cómo afecta y cuáles son sus consecuencias. Cerrábamos mencionando que el alivio a estos problemas (hablo de alivio, no necesariamente de cura), podría venir por el lado de la alimentación. A partir de allí les invito a retomar el tema en el día de hoy…
Al proporcionar una buena nutrición en general con buena cantidad de grasa saludable, suficientes calorías y enzimas determinadas y prescritas, podrás ayudar a tu hijo con FQ a crecer sano y fuerte.
En general, los niños con FQ necesitan más calorías que otros niños de su edad. La cantidad de calorías adicionales que necesita variará según la función pulmonar de cada niño, el nivel de actividad, y la enfermedad.
Las necesidades calóricas de un niño con FQ puede ser aún mayor durante una enfermedad (incluso una infección de bajo grado puede aumentar las calorías necesarias). EL punto clave es: esto no puede se improvisado por ti, enfatizo en que debes consultar un equipo de pediatra y dietista, quienes juntos pueden ayudarte a determinar cuántas calorías necesita tu hijo cada día. El crecimiento de su talla y el aumento de peso no pueden ni deben ser descontrolados, no queremos caer en riesgo de obesidad que a su vez determinarían otra cadena de sucesos no deseados: lo importante es elaborar y poner en práctica un buen plan de nutrición.