¿Qué son los sueños? ¿Esas construcciones fantasmagóricas que llenan de misterio nuestro dormir, a veces poéticas, otras aterradoras? Distinguidos investigadores, como el Dr. Montague Ullman en EE.UU. y el profesor Naum Kreiman en Argentina, se han interesado en el fenómeno del soñar; he leído sus trabajos y los he tomado como base para compartir con ustedes este artículo.
Dormir y soñar
Dormir es una necesidad fisiológica tan impostergable como comer o beber. Se considera que el sueño tiene un efecto reparador del organismo, tanto en su aspecto orgánico como en el psíquico, y un efecto de asimilación de lo aprendido y experimentado durante el día. Por eso es tan importante dedicar al descanso nocturno la cantidad suficiente de horas.
Mientras la persona duerme su organismo está en quietud pero el cerebro se mantiene activo, y esa actividad pasa por diversas etapas con diferentes frecuencias y amplitudes de las ondas cerebrales.
La que interesa aquí es la etapa que los científicos llaman REM, sigla del inglés Rapid Eye Mouvements, o sea: ‘movimientos oculares rápidos’, que es la etapa en que se producen los sueños y se reconoce exteriormente porque los ojos se mueven como si estuvieran siguiendo una película. Las etapas de sueño REM y no-REM se alternan unas cinco o seis veces durante la noche.
Soñar, soñar… soñar
Los sueños tienen íntima relación con nuestras inquietudes actuales y con episodios de nuestra vida que nos han dejado marcas; su lenguaje es altamente simbólico, y, como la poesía, utilizan metáforas que muchas veces hay que descifrar.
Los sueños conectan nuestro presente con nuestro pasado, y así nos fortalecen en nuestro viaje hacia el futuro. Es por eso que a veces, a través de un sueño, y a lo mejor sin que nos demos cuenta muy bien de lo que está sucediendo, encontramos la solución a un problema que nos aquejaba en ese momento.
Hay otros sueños que son mensajes del organismo que avisa que se está gestando alguna anomalía. Por eso se habla del potencial curativo que tienen los sueños. Esto quiere decir que los sueños pueden ser de gran ayuda siempre y cuando podamos relacionar lo que nos dice el sueño con nuestras observaciones mientras estamos despiertos.
Una buena idea es tener en la mesa de luz un cuaderno y un lápiz siempre listos para anotar los sueños tan pronto como despertamos, porque minutos después comenzaremos a racionalizar y agregarle o quitarle cosas. Si lo haces durante un tiempo, y en algún momento vuelves a repasar tus anotaciones, harás descubrimientos que te sorprenderán.
¿Sueñas con frecuencia? ¿Recuerdas tus sueños? ¿Has tenido alguna experiencia interesante al respecto? Compártela con nosotros, si lo deseas.