El mito de los suplementos antioxidantes se derrumba
ELMUNDO.es (por María Sánchez-Monge)
sábado, 29 de octubre de 2011
¿Tomar suplementos de vitaminas antioxidantes es bueno o malo? En
teoría, su función es positiva: contrarrestar el daño oxidativo. Sin
embargo, las personas que los consumen de forma habitual no gozan de
mejor salud.
Es más, una ingesta excesiva puede ser contraproducente e,
incluso, incrementar la mortalidad. Si usted toma alguno de estos
complejos porque se lo ha recetado su médico para tratar una deficiencia
concreta, siga haciéndolo. Lo que cuestionan los expertos es su uso como píldora de la eterna juventud o como revulsivo que mantiene a raya el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y otras dolencias.
Hace años se pensaba que los agentes oxidantes (radicales libres,
especies reactivas del oxígeno) eran siempre perjudiciales, pero hoy se sabe que también pueden ser beneficiosos,
ya que ejercen ciertas funciones valiosas, como contribuir a la
síntesis de energía o potenciar nuestras defensas. La clave está en el
equilibrio entre oxidantes y antioxidantes; hay que evitar un exceso en
cualquiera de los dos lados de la balanza.
Varios expertos reunidos en Madrid con motivo del XI Congreso de la
Federación Europea de Sociedades de Nutrición debatieron sobre las
últimas evidencias científicas relativas al papel de los antioxidantes.
José Viña, del Departamento de Fisiología de la Faculta de Medicina de
la Universidad de Valencia, hizo especial hincapié en la relación entre
estos micronutrientes y el ejercicio físico.
El deporte, que es una actividad indiscutiblemente saludable, genera
radicales libres. Resulta lógico pensar que el uso de complejos
vitamínicos reducirá esos agentes oxidantes. Sin embargo, tal y como
apuntó Viña, "el ejercicio moderado es antioxidante".
Conclusión: mejor no interferir en los mecanismos de autorregulación de
nuestro organismo. "Los antioxidantes pueden ser recomendables para el
ejercicio extenuante [como correr un Tour de Francia], pero no para el
entrenamiento habitual", precisó.
Una fuente esencial de antioxidantes son las frutas y las verduras.
Está demostrado que su consumo es beneficioso para la salud. Según
Michael Ristow, profesor de Nutrición Humana de la Universidad de Jena
(Alemania), "es un error pensar que estos alimentos son buenos sólo
porque tienen antioxidantes; contienen centenares de otros ingredientes
que son esenciales para prevenir multitud de enfermedades". Esos otros
elementos no se encuentran en las pastillas de vitaminas.
Lo cierto es que los resultados de los ensayos clínicos y las revisiones sistemáticas publicados recientemente dan al traste con las expectativas
que había generado este campo de la nutrición. "Suplementos y reducción
de la mortalidad y del riesgo de enfermar, ¿otro mito que se
desvanece?". Así enunció su conferencia Antonis Zampelas, del
Departamento de Ciencia y Tecnología de la Alimentación de la
Universidad Agrícola de Atenas (Grecia).
La respuesta es sí; la leyenda ya no se sostiene. En la mayoría de
los casos, la administración de las vitamina A, C, E o de selenio no
tuvo ningún efecto beneficioso. En algunos estudios, no sólo no se
redujo el riesgo de padecer enfermedades, sino que se observó un aumento de la mortalidad.
En todo caso, el investigador aclara que "en la mayoría de trabajos que
evaluaron la mortalidad se dieron dosis ingentes de antioxidantes".
En definitiva, los expertos abogan por ‘rehabilitar’ a los agentes
oxidantes, que no siempre son los malos de la película. En ciertas
circunstancias, la administración de antioxidantes es más dañina que
beneficiosa.
Fuente: ElMundo.es