El previsible aumento de las temperaturas que sufrirá Europa durante las próximas décadas provocará, según las estimaciones de los expertos, un incremento en la cantidad de ozono troposférico que respiramos, lo cual, a su vez, derivará en un mayor número de enfermedades pulmonares.
Los efectos de este compuesto contaminante ya se han notado y es de suponer que sean aún más visibles en un futuro cercano, según una investigación presentada ayer en el congreso anual de la Sociedad Respiratoria Europea, celebrado en Amsterdam.
Las estimaciones, realizadas a partir de distintos modelos de cambio climático y diferentes previsiones sobre futuras emisiones de gases, coinciden en señalar un aumento en la incidencia de muertes y enfermedades asociadas al gas contaminante. Sin embargo, unas regiones se verán más perjudicadas que otras.
España es uno de los países, junto a Francia, Bélgica y Portugal, que peor salen parados en este estudio, realizado desde las universidades de Umea (Suecia) y Tartu (Estonia). El daño a la salud atribuible al exceso de ozono en las capas bajas de la atmósfera será estadísticamente significativo en estos lugares durante los próximos 60 años, si bien los autores del trabajo parten de la base de que ya se han producido muertes achacables a la presencia de este compuesto.
En España, entre los años 1961 y 1990 se estima que se han producido 3.236 fallecimientos por culpa del ozono contaminante o 2.892, si los cálculos parten de un modelo alternativo. La tendencia empeorará en el futuro hasta causar, teóricamente, 3.730 muertes o 3.378, según el segundo modelo entre los años 2012 y 2050. Es decir, sufriremos un incremento de la mortalidad de entre el 10% y el 14% en un periodo equivalente de 30 años, al igual que el resto de países citados.
El efecto negativo también será visible en la media europea: de 27.738 muertes (o bien 25.672) entre los años 60 y los 90 se pasará a las 29.171 muertes (o 29.442 -en el modelo alternativo- durante las próximas tres décadas. La tendencia incrementará aún más, según las previsiones, a partir de la primera mitad del presente siglo, cuando los problemas respiratorios derivados del ozono experimentarán otro importante aumento si nada cambia.
Los países aventajados
En el pasado reciente, los países más perjudicados por el ozono han sido, según las mismas estimaciones, Bélgica, Irlanda, Países Bajos y el Reino Unido. En las próximas décadas, el problema se extenderá hacia el sur de Europa, mientras que los países nórdicos experimentarán una previsible reducción de problemas respiratorios ligados a la contaminación. En cualquier caso, la reducción de enfermedades en el norte será leve en comparación con el aumento generalizado de las mismas en el centro y el sur del continente.
Los investigadores, liderados por Hans Urru, experto en contaminación de las mencionadas universidades, admiten que, al igual que las estimaciones varían de acuerdo al modelo que se utilice, también se producirán cambios en virtud de lo que se reduzcan –o no– las emisiones de gases, se modifique la susceptibilidad de los ciudadanos europeos a las enfermedades respiratorias o bien se altere la actual demografía del continente.