El dolor pélvico es aquel que se presenta en la zona que está por debajo del ombligo, la mayoría de las veces es un síntoma de la menstruación; sin embargo, si sufres de dolores pélvicos constantemente debes estar muy pendiente, pues puede ser una señal de una condición más grave, hoy describimos algunas causas del dolor pélvico en mujeres.
Muchas mujeres sufrimos en silencio durante largos períodos de dolor en la pelvis, y a veces no buscamos la razón principal pensando que se nos pasará, pero lo cierto es que si no actuamos podríamos estar perdiendo tiempo necesario para curarnos.
Causas de dolor pélvico en mujeres:
– Apendicitis: es la inflamación del apéndice, el dolor pélvico es una señal del inicio de esta enfermedad, que si no es tratada a tiempo acarrea graves consecuencias.
– Colon irritable: el dolor puede ser indicio de un colon irritable, que es un trastorno digestivo que causa inflamación y cólicos, entre otros.
– Ovulación dolorosa: en algunas mujeres se puede sentir cuando el ovulo se desprende durante la menstruación, esto causa punzadas dolorosas, que desaparecen al poco tiempo y no revisten peligro para la salud.
– Embarazo ectópico: es cuando el embrión crece fuera del útero, requiere tratamiento médico inmediato.
– Quistes en los ovarios: producen dolor e inflamación, no reviste un gran riesgo pero debe ser revisado por un médico.
– Infección urinaria: produce problemas en cualquier zona del tracto urinario y se manifiesta con dolor en la pelvis, entre otros.
– Piedras en los riñones: son formaciones de sodio y minerales que se ubican en los riñones y se expanden al tracto urinario, causando dolor.
Ahora que ya conoces estas causas de dolor pélvico, si has sufrido de esta condición por mucho tiempo es recomendable que consultes a tu médico para descartar cualquier enfermedad y realizar el tratamiento adecuado.
Embarazo ectópico: Es el embarazo que se implanta fuera del áreaconsiderada adecuada para el desarrollo adecuado y feliz del bebé, o sea, fuera del útero. Cuando esto ocurre en una de las trompas de Falopio y en la medida que el saco gestacional crece ocurre la rotura tubaria ya que el diámetro de las trompas no admite el tamaño de dicho saco más allá de las 8 semanas de gestación; con la ruptura estallan también los vasos sanguíneos y ocurre una hemorragia que además de poner en peligro la vida de la paciente en pocas horas por la pérdida aguda y abundante de sangre, produce una irritación peritoneal muy dolorosa debido al mismo liquido hemático. Es también un cuadro quirúrgico agudo.
Pelviperitonitis en el curso de un aborto séptico: Produce un dolor muy intenso acompañado de inflamación pélvica aguda. Se establece en pocas horas y está acompañado por fiebre muy alta, escalofríos, gran toma del estado general; al interrogatorio se recoge el antecedente de un aborto reciente. El tacto vaginal se hace intolerable.
Enfermedad inflamatoria pélvica aguda: Puede ocurrir por inflamación de los anejos (ovarios y trompas), es un dolor intenso aunque no tanto como en los cuadros descritos anteriormente, muy molesto y contínuo, se alivia con el reposo. En el tacto vaginal se puede precisar si es bilateral o unilateral. Habitualmente se acompaña de toma del estado general, fiebre o febrícola, síntomas urinarios, náuseas y vómitos.
Vaginismo: A diferencia de la Dispareunia no existen causas orgánicas en estas situaciones, ni el dolor ocurre cuando se está consumando el acto sexual o después de este; en estos casos no existe posibilidad de ocurrencia de la relación sexual pues de manera involuntaria ocurre una contracción de los músculos de los muslos que impiden la separación de los mismos para que ocurra la penetración del pene. Como consecuencia se fortalecen los músculos que rodean al introito vaginal y la vecindad vulvar también impidiendo incluso la exploración ginecológica. Esta patología tiene su origen en la psiquis: inhibiciones, factores culturales y familiares, exceso de pudor, causas todas que dejan como consecuencia la insatisfacción total de mujeres que ante este fenómeno y al no buscar ayuda renuncian a las relaciones sexuales y quedan vírgenes antes que reintentar la experiencia del disfrute mutuo.
Dolor intermenstrual: Aunque es raro se puede obtener en el interrogatorio a mujeres que son muy observadoras de los eventos que ocurren en su cuerpo; este se presenta en la mitad del ciclo menstrual y es producido por la ovulación, muchas veces asociado a procesos inflamatorios pélvicos crónicos. También lo produce el líquido folicular al romperse el folículo ovárico (de donde se desprende el óvulo) por irritación peritoneal o por la sangre de un folículo hemorrágico. Es un dolor de poca a moderada intensidad.
Neuralgia del pudendo: El pudendo es el nervio cuyas terminaciones inervan el periné, la parte que forma el suelo pelviano y que esta constituída por los músculos, la piel y estructuras del aparato genital femenino como la entrada de la vagina, los labios mayores y menores; también se incluye el ano y la raíz de los muslos. Durante la menstruación y producto del proceso inflamatorio fisiológico (normal) que se produce durante la misma en las estructuras internas del aparato genital, ocurre la irritación de dicho nervio sobreviniendo un dolor sordo, agudo y en ocasiones bastante intenso, sobre todo en la juventud. También se observa en la neuritis del pudendo debido a otras enfermedades ajenas a los órganos sexuales.
Dismenorrea: Es un grupo de síntomas y signos caracterizado por dolor asociado a la menstruación (antes, durante o después de la misma), casi siempre está ligado a tensión premenstrual (edema de la cara, manos y tobillos y se produce por acumulación excesiva de los estrógenos), alteraciones vasculares (pueden producirse espasmos y roturas de vasos sanguíneos e incluso producir epistaxis o sangramiento nasal) y trastornos nerviosos (cefalea, mareos, cambios de humor).
Es más común en mujeres jóvenes solteras, tiende a desaparecer con los partos; se localiza en el “bajo vientre (hipogastrio) y puede irradiar a todo el abdomen e incluso al epigastrio (boca del estómago). Pueden ser extremadamente intensos. En ocasiones este cuadro se debe a estrechez del canal cervical dificultando la salida fluída de la sangre menstrual y por tanto produciendo cólicos uterinos, en estos casos (raros) es necesario dilatar el canal.