Dieta a partir de los cuarenta. Bajar de peso a esta edad es mucho más difícil que a los 20, ya que el cuerpo atraviesa por cambios hormonales y metabólicos que se deben tener en cuenta a la hora de seguir un régimen para adelgazar; se inicia la etapa de la premenopausia, caracterizada por una disminución en la producción de estrógenos.
Este hecho puede provocar estados depresivos y otras alteraciones, como dolores de cabeza, subidas de presión arterial, pérdida de elasticidad de la piel y aumento de peso, además el metabolismo se ralentiza, por lo que es más difícil deshacerse de los kilos extra; la solución está en alimentarse de la manera más adecuada en relación con la edad.
De acuerdo a los requerimientos personales de cada persona, es necesario llevar una dieta sana y equilibrada, disminuyendo elconsumode grasas y carbohidrato, aumentar la ingesta de vitaminas, minerales y proteína; todo ello repartido en cinco comidas al día, para que el metabolismo se acelere y realizar un programa de ejercicios, de acuerdo a la edad.
Disminución de la masa magra (agua y músculo) y masa ósea (hueso). A lo largo de los años, la masa magra evoluciona hasta llegar a su punto álgido que se produce alrededor de los 30 años, en los varones. Las mujeres la mantienen aproximadamente hasta los 50 años que es cuando empieza a descender, aunque de forma más lenta que en los hombres. La pérdida de masa muscular conduce a una reducción de la fuerza física.
El contenido de agua en la composición corporal viene a representar un 60 % en un adulto joven y en la madurez el agua llega a disminuir hasta llegar a un 50 %.
Respecto a la masa ósea, es entre los 30 y los 35 años cuando se consigue el punto más elevado de masa ósea, y a partir de este momento se inicia una pérdida gradual, pequeña pero constante, de la misma.
Los estrógenos cumplen una importante función para preservar la resistencia de los huesos a lo largo de la vida de la mujer. Después de la menopausia, al disminuir la producción de dichas hormonas, los huesos se encuentran desprotegidos y tienden a volverse más endebles. Esta es la razón por la cual las mujeres presentan un riesgo aumentado de fragilidad y posibilidad de fracturas ante mínimos traumatismos y de aparición y desarrollo de osteoporosis.
Se sabe que existe un «escudo genético» que protege a los hombres de esta dolencia. Sin embargo, los varones con antecedentes familiares de esta patología tienen un mayor riesgo de desarrollarla en la edad adulta.
Para evitar esta dolencia se aconseja no descuidar el aporte de alimentos ricos en calcio, practicar ejercicio físico regularmente y limitar el consumo de tabaco y de alcohol.
Entre los alimentos para incluir en la dieta, destacan las frutas, verduras, carnes blancas y pescados y lácteos sin grasa, sin olvidar loscerealesintegrales y olvidándose de los productos refinados.
Los carbohidratos se deben de disminuir en cierta manera, pero aportando al menos tres veces por semana arroz o pasta integral, legumbres y patatas, incluso las legumbres se pueden tomaren formade germinados, que aportan muchos más nutrientes.
Eliminar el cerdo de la dieta y tomar carne preferiblemente magra y de ave, siempre a la plancha. Tomar pan integral y eliminar de la dieta dulces y productos azucarados.
Recomendaciones:
La dieta a partir de esta edad, cuando no existen enfermedades asociadas, se limita a una alimentación equilibrada de acuerdo a los requerimientos personales, teniendo en cuenta ciertos matices:
• A la hora de comer, distinga entre hambre y apetito.
• Coma despacio, de manera relajada y dedique como mínimo 30 minutos a esta parte tan importante del día. En caso de estar preocupado, ansioso o enfadado, es mejor tumbarse en un lugar tranquilo, cerrar los ojos, respirar profundamente y relajarse; y después, cuando uno ya está repuesto, dedicarse a comer.
• Fraccione la alimentación en varias tomas, como mínimo tres comidas principales (desayuno, comida y cena) y respete los horarios de las comidas, sin saltarse ninguna comida.
• Coma sentado en la mesa, de un modo tranquilo y de manera ordenada, sin mezclar los platos.
• Planifique los menús con antelación para poder prepararlos adecuadamente.
• Mastique bien los alimentos, ya que la digestión de muchos de ellos (cereales, patatas y legumbres) comienza en la boca. De esta manera se aprovecha más su valor nutritivo y se predispone al cuerpo hacia una mejor digestión.
• Los alimentos ricos en hidratos de carbono complejos (cereales, legumbres y patatas) deben constituir la base de la alimentación siempre y cuando se ajusten las cantidades a las necesidades energéticas personales.
• Reduzca al máximo el consumo de productos excesivamente dulces por su riqueza en azúcares simples y calorías; sobre todo en caso de obesidad, diabetes o alteraciones de lípidos en sangre.
• Cuide el origen de la grasa de los alimentos. Conviene reducir la de origen animal (grasa saturada) debido a su capacidad de aumentar los niveles de colesterol en sangre y de acumularse en las paredes de las arterias dificultando el paso de la sangre por ellas y aumentando el riesgo de desarrollar arteriosclerosis. Como contrapartida, aumente el consumo de pescado y consuma aceite de oliva preferentemente, ambos alimentos son ricos en ácidos grasos insaturados con indiscutibles cualidades dietéticas de reducir los niveles de triglicéridos y colesterol sanguíneos.
• No abuse de la sal de mesa o de los alimentos ricos en sodio (embutidos, conservas, etc.).
• Beba suficiente cantidad de agua (1, 5 litros al día) para mantener el cuerpo bien hidratado y favorecer la función renal.