Una mala alimentación disminuye la capacidad de concentración y memoria, reduciendo la productividad hasta un 20% y aumentando el riesgo de accidentes laborales. En cambio, una buena alimentación permite al trabajador mantenerse sano, alerta y concentrado.
Sigue estos consejos para obtener una mejor salud y un óptimo rendimiento:
– Comienza el día con un buen desayuno.
Un buen día, y una buena alimentación, empiezan con un buen desayuno. La primera comida del día debe aportar la energía y los nutrientes necesarios para enfrentar la jornada. Revisa estas estrategias para hacer un desayuno más sano.
– Bebe abundante agua durante la jornada.
Como ya he mencionado anteriormente, el cerebro es particularmente sensible a los cambios en el balance hídrico. A medida que el cuerpo pierde agua, la capacidad intelectual va disminuyendo de forma progresiva y son muchas las funciones cognitivas que se ven debilitadas: la memoria, la atención, la coordinación psicomotriz, la destreza.
Para evitar estas alteraciones trata de no pasar más de 2 horas sin beber agua.
– Evita pasar más de 4 horas sin comer.
Si el aporte de nutrientes se mantiene constante durante el día, tu nivel de energía también lo hará y evitarás la fatiga y la falta de concentración. Por ello es necesario realizar, al menos, las 4 comidas principales: desayuno, almuerzo, merienda y cena.
¿Buscas mantener tu energía durante todo el día? Omitir comidas es contraproducente. No lo hagas.
– Tómate tiempo para almorzar tranquilo.
La hora del almuerzo debe ser un momento de tranquilidad; una pausa para descansar, relajarse y reponer energía. Dedicar unos minutos a la pausa del mediodía te ayudará a desconectarte de las obligaciones y renovar energía y nutrientes para el resto de la jornada. Deberías tomarte al menos 30 minutos para comer. Si es posible, debes hacerlo acompañado de colegas o compañeros de trabajo. Lo ideal es fijar un horario para el almuerzo y respetarlo.
¿Conoces las 4 reglas para almorzar en el trabajo?
– No abuses de las bebidas estimulantes (café, mate, té, bebidas cola).
Una taza de café reduce la fatiga y ayuda a mantener la concentración. Sin embargo, bebido en exceso puede provocar irritabilidad, nerviosismo, insomnio y empeorar la ansiedad y el estrés. Esto se debe a que la cafeína es una sustancia excitante del sistema nervioso. Además, las bebidas con cafeína (refrescos cola, café, té) aumentan la producción de orina, favoreciendo la deshidratación. No abuses de ellas. Sustituir el café tradicional por su versión descafeinada o infusiones de hierbas frías o calientes es una buena decisión para mejorar tu alimentación.
Una extensa jornada de trabajo no debe convertirse en una excusa para descuidar tus hábitos alimentarios. Recuerda que tu alimentación afecta directamente, no solo tu salud, sino también, tu rendimiento físico e intelectual.
Foto by Victor1558.
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