La halitosis es uno de los problemas que más afecta la salud bucal y que, sin duda, es una molestia muy grande que nos baja mucho el autoestima. ¿Qué es? Es un síntoma caracterizado por el mal aliento y afecta a más del 50% de la población. Sin embargo, es bueno saber que hay formas de evitarlo, siempre y cuando se siga un tratamiento adecuado. Aunque, el mismo dependerá de las causas de la halitosis, ya que puede aparecer por muchas cosas. Hoy te contamos cuáles pueden ser y cómo tratarlo.
Algunas de las principales causas de este mal pueden ser:
– Trastornos digestivos como por ejemplo, estreñimiento, úlceras gástrica o duodenal, gastritis y hernia de hiato.
– Caries no tratadas.
– Problemas del hígado o de los riñones.
– Cambios hormonales.
– Beber alcohol y tomar café en abundancia.
– Fumar en exceso.
– No comer durante muchas horas.
– Saltarse comidas.
– Sequedad en la boca.
Sabiendo por qué es probado este problema podremos tratarlo correctamente. Por ejemplo, en el caso de que tengamos una caries, está claro que la forma de tratarlo es eliminándola. De todas formas, vamos a contarte como evitar esta condición, es muy sencillo y podemos hacerlo desde casa.
Primero que nada, la alimentación es un factor fundamental, en nuestra dieta debemos incluir fruta y verduras frescas. Además, no debemos olvidarnos de los frutos secos, legumbres y cereales integrales. Por otro lado, también es importante mantenernos correctamente hidratados para evitar la sequedad en la boca. Por tanto, beber 2 litros diarios, lo que se recomienda.
También es importante evitar abusar de bebidas como el café y quizás cambiarlo por el té, que inclusive ayuda a frenar el crecimiento de algunas bacterias presentes en la boca.
Por último, procura masticar bien los alimentos y comer despacio, de esta forma favorecerás la digestión.
Estos son algunos de los puntos que haremos bien en seguir, de esta forma podremos evitar padecer de halitosis. Sin duda vale la pena intentarlo.
Alimentos
Los alimentos órgano-sulfurados como el ajo, la cebolla, el repollo y el brócoli, entre otros, y su manera de consumirlos (cantidad, frecuencia, preparación, horarios, etc.), pueden impactar el olor del aliento. Para aquellas personas que incorporan habitualmente en su dieta y gustan de éstos, se les recomienda evaluar en qué forma los afecta. Una persona de confianza puede acompañarlos en esta tarea.
No todos los metabolismos son iguales, menos la vida social de las personas. En esta medida, entrar a descalificar los alimentos órgano-sulfurados como productores de halitosis, no es oportuno, máxime cuando sus propiedades son benéficas para la salud. Cada quien debe determinar si los consume y de qué manera.
Incluso puede resultar que sean otros los alimentos que causen un mal olor en el aliento, y que algunas fórmulas tradicionales atenúen el olor. En estos casos es fundamental que la situación sea detectada y valorada por un confidente.
3.2 Bebidas alcohólicas
De la misma forma que ocurre con algunos alimentos, la manera en que se consuman las bebidas alcohólicas puede impactar el olor del aliento. Ingerir licor con moderación, acompañado de agua, consumiendo alimentos con anterioridad o durante la ingesta, y con una buena higiene y salud oral, ayuda a neutralizar los malos olores de origen bucal.
El olor proveniente de los pulmones, conocido como tufo, no es de origen bucal. Es resultado del proceso metabólico del alcohol. Su intensidad puede depender de la cantidad de licor ingerido así como del metabolismo de la persona. Cada persona debe evaluar la manera como lo afecta el consumo de alcohol.
3.3 Tabaquismo
A quien el consumo de cigarrillo afecte notoria y significativamente la calidad de su aliento, y por ende las relaciones con su entorno familiar y social, no tienen una alternativa diferente que reducir su consumo o suspenderlo definitivamente. De continuar con el hábito, se recomienda higienizar la boca después de fumar o utilizar algún producto para tratar de enmascarar el mal olor. Sin embargo, ello no garantiza la eliminación del olor a tabaco. Es el fumador quien debe decidir.
3.4 Consumo de café
Diferente literatura sobre la halitosis relaciona el consumo de café con el mal aliento. A este respecto podemos indicar lo siguiente:
Los hallazgos de un estudio realizado por el Departamento de Microbiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tel Aviv, Israel, el cual fue presentado en la Conferencia Internacional Breath, 2009, en Alemania, sugieren, según análisis in vitro con saliva, que el consumo de café reduce la concentración de compuestos sulfúricos volátiles en la saliva. Lo anterior indicaría que el café no produce mal aliento de manera directa.
No obstante, lo que sí puede ocurrir, según referencias anecdóticas (no comprobado científicamente), es que en algunas personas con halitosis, el mal olor se puede agudizar con el consumo de café, y aún más cuando se acompaña con cigarrillos. Algunos atribuyen la situación a que tanto el café como el cigarrillo pueden resecar la boca.
Es importante que cada persona realice una evaluación sobre los efectos que el consumo de café pueda causar en su aliento.
4. Recomendaciones generales
4.1 Halitosis matutina
El mal aliento que presenta casi toda persona al levantarse en las mañanas (halitosis temporal o transitoria), debe entenderse como el resultado de un proceso fisiológico común en el ser humano. Su impacto puede mitigarse limpiando adecuadamente la boca antes de ir a dormir. En una boca aseada adecuadamente, se disminuirá la proliferación de los compuestos sulfúricos volátiles (CSV) presentes en el aliento matutino, los cuales empiezan a desaparecer en la medida que se reanuda el flujo salival.
Para normalizar el aliento se recomienda enjuagar la boca con agua o tomar un jugo, desayunar y, posteriormente, limpiar adecuadamente la cavidad bucal. La limpieza de la boca sin desayunar ni ingerir alimento alguno, no garantiza una buena calidad del aliento.
4.2 Sobre las dietas
Las dietas rigurosas pueden afectar la fisiología del cuerpo humano y manifestar alteraciones en la flora bucal. Los ayunos prolongados pueden arrastrar consigo el mal aliento, aunque se practique una buena higiene bucal. Reducir los intervalos de las comidas puede contribuir a evitar la halitosis.