Para poder conocer el cómo prevenir la obesidad, sera necesario el poder identificar las causas de esta verdadera enfermedad y los factores que inciden en su aparición, existiendo múltiples acciones de parte de los adultos que pueden ayudar a que los niños no desarrollen una obesidad. Es necesario considerar que a temprana edad los niños definen su personalidad y conducta, teniendo patrones que luego tendrán en su edad adulta, por eso inculcar una buena educación respecto a la alimentación es primordial, donde lo principal es evitar comer frente a una televisión; esto porque no se asimila la cantidad de comida que se está ingiriendo.
Es necesario saber que la obesidad no es algo accidental y se puede prevenir si se tiene a nivel familiar prácticas saludables, limitando el consumo de golosinas, pasteles y bebidas gaseosas.
Como prevenir la obesidad a través de hábitos saludables
Muchos padres se preguntan ¿cómo prevenir la obesidad? Esto al ver que cada vez más niños desarrollan una obesidad. La respuesta es clara, se debe tener una dieta variada y equilibrada, donde la base de la alimentación deben ser patatas, legumbres y cereales, donde arroz, pasta y pan deben ser de preferencia integrales; de esta forma los hidratos de carbono serán parte del 50% al 60% de la dieta.
En cuanto a las grasas, estas no deben superar el 30% de consumo diario, debiendo reducir el consumo de ácidos grasos y grasas saturadas. Por otro lado, las proteínas deben aportar un 10% de calorías totales, debiendo ser mezcladas entre proteínas de origen vegetal y animal. Un aspecto clave a la hora de saber cómo prevenir la obesidad, es el consumo de frutas y verduras, debiendo alcanzar 400 gramos de consumo diario entre estos alimentos; es decir, el consumo recomendado al día es de 5 porciones de frutas, verduras y hortalizas en total.
Reducir el consumo de sal también es un hábito saludable que combate la obesidad, donde lo ideal es utilizar sal yodada. El consumo de agua también es fundamental por eso se recomienda beber cada día 2 litros de agua, para mantener el cuerpo hidratado y garantizar el buen funcionamiento de los órganos del cuerpo; donde la única manera de que los niños adopten estos hábitos saludables, es que sus padres y la familia completa también sean parte de estos cambios alimenticios.
Consejos para seguir una alimentación saludable y prevenir la obesidad
Muchos padres buscan conocer cómo prevenir la obesidad, sin embargo, estos suelen olvidar que el mejor ejemplo de cómo lograr está tarea comienza en casa. Por eso es que el tamaño de las porciones de las comidas juega un rol fundamental en el sobrepeso y obesidad, de modo que se debe siempre servir porciones pequeñas en platos pequeños, ya que esto crea un hábito en los niños.
Debemos conocer que ek desayuno se considera como la comida más importante del día, por eso es importante que los niños coman una pieza de fruta y cereal acompañado de un lácteo bajo en grasas; a media mañana pueden comer una rebanada de pan integral acompañado de queso crema bajo en grasas. A la hora del almuerzo una taza de pastas acompañada de salsa de tomates y 3 onzas de pollo desmenuzado, es una buena opción; mientras que a la hora de la merienda se recomienda una pieza de fruta y un lácteo bajo en grasas. Para la cena lo ideal es una taza de vegetales con media taza de frutas, además de 3 onzas de pescado; destacando que los refrescos deben ser limitados y en lo posible reducidos en azúcar, evitando completamente las bebidas gaseosas, ya que siempre el mejor refresco para tomar será el agua.
No solo es importante conocer cómo evitar la obesidad, ya que también es necesario saber cuáles son los beneficios de mantener una alimentación saludable, ya que los niños tendrán una mejor salud mental, un buen peso según su estatura, tendrán un buen nivel de energía, desarrollarán huesos y músculos más fuertes, al igual que su estado de salud será mejor.
Cuando los niños y las personas en general desarrollan una obesidad, varias son las complicaciones que pueden presentar como diabetes, enfermedades al corazón, depresión, hipertensión arterial, problemas de sueño, colesterol alto y problemas para interactuar con otras personas, entre otras cosas.