Sin dudas que la sal constituye uno de los pilares de la cocina occidental, que ha utilizado este mineral para saborizar sus comidas desde hace siglos. Pero, aunque prefiramos comer con sal, la verdad indiscutida es que el consumo diario que hacemos de este mineral tendría que ser el mínimo, cuando no eliminarlo por completo de nuestra dieta.
La razón es muy sencilla, ya que la sal está asociada al incremento de la presión sanguínea y la hipertensión arterial, pudiendo impulsar o acrecentar las enfermedades en los riñones, la retención de líquidos, osteoporosis, o cataratas, por lo que suele ser uno de los principales alimentos en ser prohibidos a personas diabéticas o con problemas cardíacos.
Por ello, aquí te brindo unos consejos para que sepas cómo disminuir el consumo de sal, hasta que lo reduzcas a sus cantidades mínimas, o lo elimines por completo de tu alimentación.
Cómo utilizar menos sal
No es necesario esperar a que el doctor no restrinja la sal cuando se nos haya detectado un problema de salud como los que describimos, sino que debemos prevenir esas enfermedades manteniendo una dieta sana y consumir menos sal.
Elegir comidas que naturalmente llevan poca sal
Tanto los alimentos naturales, como las frutas y las verduras, así como muchos platos preparados contienen muy poca sal, por lo que tal vez te convenga optar por este tipo de comida y no aquella otra con grandes cantidades de sodio.
Sustituir la sal con hierbas y condimentos saludables
La gran dificultad en reducir o eliminar la sal de la dieta deriva de la “gracia” que pierden muchos alimentos sin ella, a tal punto que les quita todo atractivo y sabor frente al consumidor. Pero para este problema los condimentos y las especias brindan una buena oportunidad de solucionarlo. Sólo debes encontrar los sabores que más te convenzan para comenzar a utilizarlos en tus comidas.
Un buen consejo es que utilices el jugo de limón, ajo, pimienta y orégano. A partir de ahí, las posibilidades para saborizar tus platos son variadísimas.
Disminuir progresivamente las raciones de sal
Y, evidentemente, lo que debes hacer en primer lugar cuando quieres dejar de consumir sal es reducir todas las raciones que apliques a tus comidas, teniendo como referencia un máximo de 3 gramos de sal al día. Y ten en cuenta que con esto no sólo nos referimos a la sal de mesa, sino que también a aquella que viene añadida a muchos alimentos preparados. Por ello es aconsejable leer muy bien los cuadros nutricionales y elegir aquellos productos con menores niveles de sodio.
El potasio: la mejor opción
El cloruro de potasio también es un tipo de sal, pero que no tiene los efectos nocivos de la sal refinada. Aunque se debe decir que además de darle un sabor salado a las comidas, también aporta un toque amargo que no resulta del agrado de todas las personas.
Según ciertos estudios, el potasio es más beneficioso que la sal refinada, por lo cual se suele usar el cloruro de potasio en la producción industrial de alimentos. Sin embargo, también se cree que el exceso de cloruro de potasio podría ser dañino. Como siempre, hay que buscar el equilibrio, y por ello es mejor comer alimentos ricos en potasio para compensar el menor consumo de sal.
Hazme caso. Comienza a reducir el consumo de sal ahora que puedes consumirla, y no esperes a que te la prohíban de un plumazo, pues en ese caso la adaptación a una dieta sin sal seria mucho más difícil.