La búsqueda de una vida saludable cada vez se vuelca más sobre la dieta y las mejores formas de alimentarnos, por lo que a diario están surgiendo o readaptándose nuevos ingredientes y métodos para aplicar en los platos cotidianos.
De esta forma, también las semillas y granos, muy saludables naturalmente, se encuentran bajo la mira de los nutricionistas para adaptarlos a la dieta de una forma mucho más nutritiva y digerible, para lo cual resulta indicado bajo la presentación de alimentos germinados.
¿Qué son los alimentos germinados?
Básicamente se les conoce de esta forma a las semillas y granos que presentan brotes debido a la germinación, lo cual constituye un proceso natural en el que la semilla se prepara para convertirse en una planta mayor.
Para poder nutrir y permitir el desarrollo de cada nuevo brote, comienzan a desarrollarse procesos enzimáticos con el fin de aumentar los nutrientes y la energía, dando lugar así a que el contenido vitamínico y de minerales de estos granos se vea multiplicado entre 10 y 15 veces más que en un grano común, además de reducir los niveles de grasas, carbohidratos y calorías, por lo que un grano o semilla germinada resulta mucho más nutritiva que sus pares sin germinar.
¿Cómo preparar alimentos germinados?
Hacer germinar a un grano es sumamente sencillo, y si a esto le sumas que con tan pequeño esfuerzo podrás obtener un alimento 10 veces más saludable, seguramente querrás preparar tus propios brotes para añadir a tu dieta, y en OtraMedicina te explicamos como hacerlo.
En primer lugar, deberás elegir unos granos o semillas orgánicos o susceptibles para el consumo, ya que también puedes encontrarte con algún producto destinado para el cultivo que suelen contener algún tipo de químico o incluso ser transgénicos.
Una vez que tengas tu grano, deberás lavarlo y seleccionarlo. Esto es, separar aquellos granos fuertes y sanos de los que presenten alguna señal de deterioro o enfermedad.
Ahora colócalos en un recipiente de metal o cerámica preferiblemente, y llenalos de agua hasta que el líquido supere a los granos en un par de centímetros de nivel.
Déjalos así hasta la noche, cuando los remojarás en agua tibia hasta la mañana siguiente.
A la mañana cuela tus granos y enjuágalos bien.
Luego enjuágalos varias veces durante el día, y repite todo el procedimiento desde el comienzo durante 2 o 3 jornadas más, o hasta que veas que los brotes han comenzado a surgir.
Cuando esto suceda, ya tendrás tus alimentos germinados listos para consumir de las más diversas formas, desde crudos hasta salteados, hervidos u horneados, solo que recuerda que con cualquier procedimiento de cocción los brotes perderán algunos de sus nutrientes.
¿Qué estás esperando para hacer germinar tus propios granos?