Ayer 29 de septiembre se celebró el Día Mundial del Corazón, con motivo de esta celebración, merece la pena profundizar en un tema tan importante. ¿Cómo puedes proteger tu corazón para que siga latiendo con fuerza durante mucho tiempo? Aquí tienes algunos consejos prácticos que pueden servirte de ayuda:
1. En primer lugar, sigue siempre las indicaciones de tu doctor en base a tu caso concreto y particular.
2. Es importante tener una dieta variada y también, hacer cinco comidas a lo largo del día.
3. Evita abusar de los alimentos muy dulces o muy salados.
4. Realiza ejercicio físico. Por ello, haz un esfuerzo para afrontar la pereza. Por ejemplo, puedes quedar con un amigo para ir a caminar. También puedes apuntarte a un gimnasio para hacer deporte. Si esta idea no te gusta, entonces, deja el coche aparcado en casa y camina. Utiliza las escaleras en vez de subir en ascensor.
5. Cuida tus emociones. Intenta llevar una vida tranquila. Pon límites al trabajo, por tanto, no te lleves tareas a casa cada día. Disfruta de la amistad y del cariño de tu familia porque el amor es un estímulo para el corazón.
6. Mucho cuidado con el tabaco porque es uno de los grandes enemigos de la salud. Por tanto, con la cantidad de información que existe hoy día sobre los efectos negativos del tabaco en la salud es muy importante, tomar conciencia de que hoy es un buen día para apagar el cigarrillo.
Menos sal y azúcar.
Reduce el consumo de sal y evita un exceso de azúcares.
El exceso en el consumo de sal provoca hipertensión arterial que es la principal causa de ictus y una de las más importantes de infartos. Consumir demasiada sal hace que las arterias pierdan elasticidad y se endurezcan, esto provoca que el corazón sufra en demasía y dificulte su trabajo normal.
El consumo desmedido de azúcar provoca que el cuerpo no sea capaz de asumirlo y, por tanto, transformarlo en grasa con el consiguiente posible principio de obesidad.
Más grasas vegetales.
Aumenta el consumo de grasas de origen vegetal como la margarina y reduce las de origen animal como la mantequilla y los embutidos.
Las grasas saturadas son las que contribuyen a las enfermedades del corazón y se encuentran en los huevos, mantequilla, leche y otros productos lácteos sin descremar. Las grasas no saturadas tales como aceites de girasol u oliva o la margarina ayuda a bajar los riesgos cardiovasculares.
Pescado azul, bueno.
Procura consumir pescado azul al menos dos veces por semana, e incorpora el aguacate y los frutos secos a tus recetas.
Según José Manuel Cruz, presidente de la Sociedad Española de Cardiología con motivo de la presentación de la guía «Pescado azul. Salud a mares» declaró: «El pescado azul es rico en ácidos grasos omega 3, que cuando son metabolizados ejercen un abanico de efectos beneficiosos sobre el organismo: disminuye la capacidad de coagulación de la sangre, rebaja la presión arterial y la tasa de colesterol baja, consiguiendo un efecto beneficioso no sólo sobre el corazón sino sobre todo el sistema circulatorio y el cerebro».
Los pescados azules son el salmón, la caballa, el atún, la sardina, el boquerón, la anchoa o el pez espada, entre otros.
Cocina al vapor.
Guisar o freír no es beneficioso para el corazón. En cambio, la comida al vapor o al horno es bueno y nutritivo para nuestro organismo. Cocinar al vapor tiene la ventaja de mantener su sabor, consistencia, color natural y lo más importante, los nutrientes intactos. Las patatas y el brócoli tienen gran cantidad de vitamina C, la cual resulta fundamental para prevenir el envejecimiento y regenerar el sistema inmunológico.
Más verduras y frutas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que todas las personas coman por lo menos cinco porciones de verduras o frutas diariamente. Hay que acostumbrar a los niños a comer desde la infancia que deben llevar una dieta rica y baja en colesterol y grasa. Las frutas y las verduras combaten esto, ya que aportan fibra, vitaminas y antioxidantes que benefician al buen trabajo de nuestro corazón. Especialmente recomendados son las manzanas, tomates y plátanos.
Más productos integrales.
La fibra mejorará tu salud ya que disminuye la presión arterial y se estima que pueden llegar a reducir en 25% enfermedades vasculares y en un 15% los ataques de corazón. Se recomienda consumir dos o tres piezas de alimentos integrales a diario. No solo son buenos para cuidar la línea, por dentro también trabajan para tener nuestra ‘maquinaria’ en buen estado.
Tabaco, estrés y alcohol, fuera.
Según la American Heart Association, el consumo moderado de alcohol no supone un peligro para la salud pero si se sobrepasan más de dos cervezas, dos vinos o dos combinados al día en hombres y de uno en mujeres se ha observado que afecta directamente al rendimiento del sistema cardíaco.
En cuanto al tabaco, la combinación de nicotina y monóxido de carbono dispara la frecuencia cardiaca y perjudica la circulación, puesto que hay menos cantidad de oxígeno que llega a los órganos.
Cualquier otro tipo de droga como la cocaína, el éxtasis, las anfetaminas, la heroína, etc. aumentan aún más el riesgo.
El estrés no está directamente relacionado con la enfermedad cardíaca, pero si fumas, comes comida basura y bebes alcohol para lidiar con el estrés, esto puede contribuir a la enfermedad cardíaca. En su lugar, trata de hacer ejercicio, comer sanamente y aprender técnicas de relajación.
La carne sin grasa o sebo.
Las carnes magras son aquellas que tienen un contenido graso bajo. El solomillo, la contra, el lomo alto y el lomo bajo, así como la ternera y el buey son las más destacadas. Entre las vísceras de vacunos tenemos el hígado y la lengua de ternera. Si hablamos del cordero mejor la pierna y el cabrito. En cuanto al cerdo su lomo, la paleta y el solomillo del puerco son las partes más apreciadas.
¡Media hora de deporte al día!
Hacer ejercicio aeróbico es fundamental para que nuestro corazón y el sistema circulatorio esté siempre activado y en buen funcionamiento. Los ejercicios aeróbicos más comunes son: la carrera, el ciclismo, la natación, el método pilates, el aeróbic o el fitness. Todos ellos son positivos para nuestro corazón y ejercitarlos de forma moderada durante, al menos, treinta minutos al día es beneficioso.