¿Ser haragán es una enfermedad?

Jesus L. Rodriguez

¿Ser haragán es una enfermedad?

Dejas de lado una linda tarde de caminata por el parque para quedarte en casa mirando, por décima vez, la segunda temporada de Los Simpsons por televisión. Siempre prefieres subir y bajar en elevador, aun viviendo en el primer piso de un departamento. Además, tienes la capacidad de aguantar toda la sed del mundo con tal de no levantarte del sofa y caminar hacia la cocina en busca de un vaso de agua.

Si estas frases te describen a ti, entonces eres un auténtico haragán. Quizás no te alegrará enterarte de que varios expertos en salud describen tu condición como una enfermedad. Como la relación entre el sedentarismo y mala salud es tan fuerte, los doctores Richard Weiler y Emmanuel Stamatakis explicaron al British Journal of Sports Medicine que la falta de actividad física debería ser declarada una enfermedad en sí misma.

Según los especialistas, si la obesidad es considerada una enfermedad por la OMS, también debería serlo la inactividad física, pues es su causa principal. En ese sentido, aseguran que el sedentarismo puede ser mucho más peligroso para la salud que el mero aumento de peso.

¿Qué debemos concluir de esto? Basándonos en el dicho de que más vale prevenir que curar, lo mejor es dejar la pereza de lado y hacer ejercicio, al menos 30 minutos diarios, para tener una vida mucho más saludable, lejos de las enfermedades.

Consejos para dejar de ser haragán y ser organizado

Organiza cada semana un cuarto de tu hogar, pasando a un cuarto nuevo conforme pase cada semana. Si eres desordenado, te tomará tiempo organizarte, pues es imposible realizar esta labor de un día para otro. Mucha gente desorganizada posee demasiadas cosas, por lo que puedes tardar días en ordenar un solo cuarto. Está bien. Luego del trabajo inicial de las primeras semanas, te tomará menos y menos tiempo ordenar cada cuarto. Comienza con tu habitación y continúa con el resto de la casa hasta terminar el trabajo. Luego comienza de nuevo arreglando los cuartos que ya has organizado.

Cuelga en tu armario tanta ropa como sea posible y sepárala según el tipo de prendas. Por ejemplo, coloca las blusas juntas en un área y los sacos o pantalones de vestir en otra. Si tienes espacio extra, coloca una cómoda en tu armario, pero poco espacio en tu habitación. Además, dobla y guarda la ropa que uses con frecuencia en los cajones de la cómoda. Guarda la ropa que no uses en contenedores de plástico en la cochera o guarda algunas prendas en el armario si tienes espacio extra.

Tira o regala los objetos que no uses. El exceso de objetos crea desorden y se apilan por toda tu casa, lo que dificulta el mantener el orden. Guarda los artículos valiosos que desees conservar, pero no uses contenedores de plástico y guárdalos en un armario o en la cochera. Es correcto tener algunas piezas decorativas en casa, pero no te excedas, pues solamente crearás amontonamiento.

Coloca un pequeño bote o cesto de basura en cada cuarto. La revista «Women’s Day» recomienda esto. Ayuda a mantener tu casa limpia y evita más desastres. Vacía continuamente los cestos en tu bote de basura principal durante la semana.

Escribe la rutina de limpieza diaria una vez que ya hayas organizado toda tu casa. Esto puede ayudar a prevenir que seas desordenado y nuevamente dejes que todo se desordene. Una rutina diaria puede incluir 10 minutos para limpiar el baño, 10 minutos para lavar la ropa y 10 minutos para limpiar la cocina. Pasa más tiempo limpiando a profundidad tu casa una vez por semana y mantén esta rutina.

Mantén tu casa ordenada poniendo continuamente las cosas en su lugar y limpiando el desorden inmediatamente.

Ahora que has terminado de leer el artículo, levántate y muévete un poco más por tu salud.

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