Más de 210 millones de enfermos en todo el mundo constituyen motivo suficiente para instaurar una jornada de reflexión acerca de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Al menos así lo consideró la Organización Mundial de la Salud (OMS), quien declaró al próximo 17 de noviembre como un día para pensar en este importante problema de salud pública. Si quiere plegarse basta sólo con recordar algunas cosas vinculadas a la EPOC.
Humo de tabaco propio y ajeno, bronquios inflamados, alvéolos deshilachados y gastados, sensación de falta de aire y tos crónica, obstrucciones detectadas por medio de estudios conocidos como espirometrías, y requerimientos de oxígeno suplementario, son algunas de las principales palabras claves.
Podrá reparar en el infatigable tabaco y sus más de 5000 compuestos tóxicos para la salud humana. Tratará de entender por qué millones de personas padecen el nocivo hábito, a pesar de que el tabaco constituye el único producto de venta legal que utilizado como pregona su fabricante causa la muerte. Quizás se preguntará por qué la instauración de espacios libres de humo a pesar de su probada efectividad son presentados como noticias generadoras de polémicas en los medios de comunicación, o también a qué se debe que cueste tanto la implementación de algunas medidas simples destinadas a regular las advertencias, publicidad y venta de uno de los principales generadores de enfermedad.
Si le interesa el estudio de los tejidos que conforman el aparato respiratorio del homo sapiens, se inclinará entonces por conocer acerca de bronquios inflamados y colapsados, verdaderas válvulas que impiden la normal salida de aire. Posiblemente también le demandarán atención estructuras conocidas como alvéolos que guardan en la memoria un añorado pasado de eficiente intercambio entre el deletéreo dióxido de carbono y el vital oxígeno.
Podrá indagar por síntomas tales como la progresiva sensación de falta de aire, tos prolongada y debilidad muscular, las consultas a servicios de emergencias en busca de alivio, las internaciones y tratamientos crónicos con medicamentos destinados a generar dilatación de los bronquios, así como también la necesidad en ciertas ocasiones de oxígeno domiciliario y rehabilitación pulmonar. Constituyen en definitiva algunas de las características que le permitirán tener en cuenta las dificultades y cuidados con los que convive a diario una persona con EPOC.
En fin, son varias cosas. Pero tiene 24 horas, puede comenzar por donde usted crea conveniente. Todo intento es válido, si se tiene como objetivo final estimular la prevención de la EPOC y el apoyo de medidas destinadas a mejorar la atención y la calidad de vida de los que ya están enfermos. “Pienso, luego existo”, dicen que afirmó alguna vez un famoso filósofo llamado Descartes. En el 2030 algunas estadísticas vaticinan que de no mediar intervenciones efectivas dicha enfermedad pulmonar existirá y se consolidará como la cuarta causa de muerte en todo el mundo. Pero quién sabe, no todo está dicho mientras haya tiempo para pensar y actuar.
Imagen: Nadya Peak-Flickr