¿Sauna o actividades físicas? Si bien en ambas situaciones se obtienen beneficios similares para la salud cardiovascular, no deberías optar por una u otra, ya que así estarías privándote de alguno de los efectos positivos para la salud que aportan cada una de ellas.
Lo mejor es combinar ambas prácticas y así obtener un beneficio completo y diversificado sobre tu salud.
Ejercicios físicos
Realizar alguna actividad física, ya sea a través ejercicios aeróbicos, de una caminata o del tan de moda aqua-aeróbic, constituye una excelente forma para reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, además de permitir la pérdida de peso, regular el colesterol, bajar la presión arterial e incrementar la resistencia física.
Una rutina de ejercicios de entre 30 y 60 minutos, 3 veces a la semana, optimiza la distribución del oxigeno por el cuerpo y administra y potencia la energía para mantenerte vital durante todo el día, además de la ya mencionada capacidad para prevenir las enfermedades cardiacas, que, siguiendo este programa, reduciría en un 40 % el riesgo de sufrir problemas al corazón.
Sesión de sauna
Las opciones para disfrutar de un sauna son muchas, pero esencialmente estos establecimientos brindan tratamientos a bases de aire seco o húmedo a una temperatura elevada, por lo que al ingresar al baño progresivamente el ritmo cardiaco va subiendo hasta aumentar hasta un 30 por ciento más de su frecuencia habitual, lo que brinda al cuerpo una sensación de agradable relajación, distiende los músculos tensos y doloridos, mejora el metabolismo y desintoxica el organismo.
Pero recuerda que no es conveniente permanecer mucho tiempo en el sauna. Unos 30 minutos es un tiempo razonable, pero si llegaras a sentir alguna molestia o sensación de asfixia, lo mejor es que salgas de inmediato.
También ten en cuenta que una sesión de sauna, al contrario de lo que muchos piensan, no es una buena forma de adelgazar, pues lo que allí pierdes es agua (aproximadamente 1 lt. por sesión). Si quieres quemar grasas, recurre a las actividades físicas.
Entrenamiento físico y sauna
Como ves, tanto el sauna como los ejercicios estimulan tu ritmo cardiaco y aportan un mayor grado de bienestar, pero a su vez brindan diferentes beneficios, aunque complementarios, por lo que una buena idea para mantener tu estado saludable es combinar estas prácticas, siendo lo ideal comenzar por el entrenamiento físico y culminar con una sesión de sauna que reanime y tonifique el cuerpo después de todo el esfuerzo ejercido.
Recuerda que en ambas actividades se pierde mucha agua, por lo que procura hidratarte muy bien antes y durante el ejercicio y al salir del sauna.
Siguiendo estos simples consejos, podrás disfrutar de estas actividades combinadas y de sus beneficios complementarios .