La respiración es una función vital del organismo. Nos conecta con el medio ambiente para ejecutar el intercambio gaseoso que alimenta la vida, a saber, la absorción de oxígeno al inspirar y la expulsión de anhidrido carbónico al espirar.
Respiramos constantemente, a razón de unas veinte veces por minuto, nos demos cuenta o no, despiertos o dormidos. Pero también podemos hacer consciente el acto de respirar y utilizarlo como recurso para aliviar o resolver situaciones que afectan nuestro bienestar o nuestra salud.
Respirar como acto consciente
Puestos a prestar atención al modo en el que respiramos, lo primero es observar cómo lo hacemos, sin tratar por el momento de modificar nada. Esto dependerá muchísimo del estado físico y emocional en que nos encontremos. Trataremos de percibir si la respiración es profunda o superficial, y paulatinamente comenzaremos a aquietarnos y buscar una respiración más acompasada.
Cada movimiento respiratorio consta de tres pasos: inspiración – espiración – pausa. La inspiración consiste en tomar aire por la nariz y sentir cómo entra en el organismo y lo expande, enseguida expulsamos el aire hasta sentir que se ha agotado totalmente y luego hacemos una pausa, lo más larga posible, hasta sentir la necesidad de volver a tomar aire. Es muy importante largar todo el aire en la espiración.
La ejercitación constante nos permitirá profundizar cada vez más la respiración, hasta lograr que el aire llene totalmente el abdomen. Ayuda colocar las manos sobre la parte baja del vientre para sentir cómo se infla y luego se achata al entrar y salir el aire. También ayuda poner las manos sobre las costillas para percibir cómo se abren al inspirar y vuelven a cerrarse al espirar. Es que el aire no sólo va a los pulmones, sino que llena todo nuestro cuerpo.
Si realizamos los ejercicios de respiración consciente, al menos una vez al día, con el tiempo habremos incorporado la manera más natural y beneficiosa de respirar y habrá dejado de ser un ejercicio para convertirse en un hábito.
¿Para qué sirve respirar de forma consciente?
Hay muchas situaciones en las que la respiración es un verdadero recurso. Cuando no logramos conciliar el sueño, por ejemplo, es muy eficaz concentrarse en la respiración. No hay que hacer ningún esfuerzo, sólo sentir cómo el aire entra y sale de nuestro cuerpo procurando poner en ello todo nuestro pensamiento.
Lo mismo sirve para situaciones de dolor o incomodidad física que no podemos evitar, o cuando atravesamos momentos de angustia o de ira. Es importantísima la respiración durante el parto, para tolerar las contracciones del útero y acompañarlas de manera útil.
Un ejercicio para aliviar las tensiones respirando
Para que vayas practicando, te sugiero un ejercicio sencillo que ayuda a disolver tensiones y mejora la respiración. Ponte de pie, con las plantas de los pies bien apoyadas en el suelo y las rodillas flojas, los brazos a los costados del cuerpo.
Inspira lentamente mientras levantas los brazos; al llegar arriba, abre los brazos y comienza a soltar el aire a medida que bajas los brazos y vuelven a la posición inicial. Repite 5 o 6 veces de manera continua y fluida.