Reino Unido redobla desde este sábado sus esfuerzos para reducir el consumo de tabaco. Prohíbe exponer cajetillas en los comercios e ilegaliza su venta en las máquinas expendedoras.
Como anunció el Ejecutivo de conservadores y liberaldemócratas en marzo al presentar su presupuesto general, el Gobierno se afanará en una estrategia de control de este hábito, con objetivos específicos cuando se trata de embarazadas y adolescentes.
Desde julio de 2007, en Inglaterra está prohibido fumar en lugares públicos cerrados y en el trabajo, una norma que se implantó en Irlanda en marzo de 2004, en Escocia en marzo de 2006 y en Gales en abril de 2007.
Con la nueva medida, el Gobierno espera alcanzar su objetivo de rebajar la tasa de fumadores del 21,2% actual hasta un 18,5% antes de finales de 2015.
Las cajetillas, tras el mostrador
En definitiva, a partir de este sábado, para disuadir al ciudadano de fumar, los cigarrillos y otros productos relacionados deberán guardarse detrás del mostrador de los grandes comercios y, a partir del año 2013, también en los quioscos y las tiendas pequeñas.
Como parte de ese plan, también se considerará ilegal desde mañana vender cigarrillos o cualquier otra clase de tabaco en máquinas expendedoras, al margen de la edad del consumidor.
Así, los pubs, clubes, discotecas y restaurantes de Inglaterra que continúen utilizando este sistema se enfrentarán a multas de 2.500 libras (2.875 euros). Por su parte, Gales ha retrasado esa prohibición hasta el 1 de febrero de 2012.
Guerra al consumo del tabaco
Según una investigación divulgada por la ‘BBC’, el 10% de los fumadores habituales con edades comprendidas entre los 11 y los 15 años compran sus cigarrillos en las máquinas, frente a un 1% del resto de los fumadores.
En esta guerra al consumo de tabaco, se vetará además la exhibición de anuncios o imágenes de ese producto en las máquinas expendedoras en general.
Todo para intentar disuadir al fumador, que se gasta actualmente unas siete libras (ocho euros) por cada cajetilla de 20 cigarrillos, un precio que varía según la zona o dependiendo de si su venta se gestiona en un mostrador o en una máquina expendedora.
Pese al elevado coste en comparación con otros países (en España, por ejemplo, la cajetilla de 20 cigarrillos cuesta unos 3,5 euros), que se explica por la alta carga impositiva impuesta por el Gobierno, Reino Unido cuenta con 10 millones de fumadores, según los datos más recientes de la organización londinense ‘World Cancer Research Fund’.
En marzo se subieron las tasas sobre el tabaco en un 2% por encima del Índice de Precios del Sector Minorista (RPI), hasta un gravamen actual de más del 7%, que se eleva al 17% en el caso del tabaco de liar.
El Gobierno también se plantea llevar a cabo antes de finales de año una polémica consulta para decidir si deben obligar a los fabricantes a envasar los pitillos en paquetes sin marca. De llevarse a la práctica, este país se convertiría en el primero europeo que fuerza a las tabaqueras a envasar los cigarros en paquetes anónimos.
La Ley en España
En nuestro país, el cigarrillo en el bar o en la discoteca también está sentenciado desde el 2 de enero. Desde ese día la ley prohíbe fumar en todos los locales de ocio, bares y restaurantes sin excepción y en los «recintos» hospitalarios -centros y alrededores-.
Sin embargo, la venta en máquinas expendedoras es legal. También podrá comprarse tabaco en las «tiendas de conveniencia y estaciones de servicio». En cuanto a las imágenes, ni presentadores ni colaboradores pueden fumar ni publicitar tabaco en programas o medios de comunicación.
Sí se podrá consumir cigarros en los clubes privados de fumadores, en establecimientos penitenciarios, centros psiquiátricos, de mayores y de personas con discapacidad, mientras que los hoteles reservarán hasta un 30% de las habitaciones para fumadores.
Las infracciones leves serán sancionadas con multa de hasta 30 euros, por las graves se exigirá hasta 10.000 y por las muy graves se llegará hasta los 600.000.