Cuando vives la ilusión de quedarte embarazada, esos momentos de felicidad que llenan cada uno de tus días, la ilusión de ver sus pequeñas manos apoyadas en las tuyas, ver sus ojos y comprobar a quién se parece más si a ti o a él?
Y sin saber muy bien como, sin más explicación que has sufrido un aborto. La vida se resquebraja en dos, lo que pudo haber sido y no fue, un vacío entre los brazos y una vida que deseabas se ha marchado.
Personalmente creo perder un hijo, nacido o por venir, es una de las experiencias más duras que se pueden vivir a lo largo de la vida.
El reponerse de algo tan traumático tanto a nivel físico como emocional, es un proceso largo en el que debes dejar que la gente te apoye.
Puede que muchas personas no hayan vivido en primera persona todo lo que estás sintiendo, pero una madre o un padre pueden entender el amor tan inmenso que se tiene por un hijo.
Muchas veces un aborto es causa de divorcio, no olvides que tu pareja también ha perdido a su hijo, puede que él no lo llevara en sus entrañas, pero también era de él; en ningún momento te puede echar la culpa, porque no la tienes, eso jamás lo dudes.
El apoyo de la familia y de tu pareja es fundamental para salir adelante, no te cierres, haber sufrido un aborto no es síntoma de que todos tus embarazos vayan a ser así.
Pasar por esta experiencia es algo enormemente doloroso, pero saber que no tiene por qué repetirse (el 80% de las mujeres que han sufrido un aborto terminan felizmente sus siguientes embarazos) y apoyarse en la pareja y en el entorno son actitudes que pueden ayudar a superarla.
Lo primero que debes tener en cuenta es que el aborto espontáneo es la complicación más común en la gestación; ocurre en el 10-15% de los embarazos.
Los síntomas de que algo no marcha bien varían de una embarazada a otra. Algunas dejan de sentir las molestias típicas, otras experimentan dolores de regla y manchado vaginal…
En todo caso, no siempre las pérdidas y las molestias en el bajo vientre son síntomas inequívocos de que el embarazo se ha interrumpido. No hay que alarmarse antes de tiempo, aunque siempre conviene consultar con el ginecólogo.
Si se confirma que se trata de un aborto, tras realizar las pruebas necesarias (ecografía, hemograma…) el especialista decidirá cómo actuar. Si el aborto es completo (se ha expulsado todo el tejido embrionario y el cuello del útero está cerrado), es posible que decida no intervenir y dejar que la Naturaleza siga su curso.
En cambio, si es incompleto (quedan restos en el útero) o retenido (apenas ha habido hemorragia), hay que realizar un legrado para limpiar el útero y evitar infecciones. En algunos casos, si la gestación se ha interrumpido antes de la séptima semana y no hay muchos residuos en el útero, se utiliza un medicamento que induce las contracciones y ayuda a que el aborto se culmine.
Deben transcurrir, de varias semanas a varios meses, para que una mujer se recupere físicamente, según la cantidad de tiempo que estuvo embarazada. Por ejemplo, algunas hormonas propias del embarazo permanecen en la sangre durante uno o dos meses después de producirse un aborto espontáneo.
· La mayoría de las mujeres experimentan un período de menstruación entre cuatro y seis semanas después de un aborto espontáneo. Su recuperación tardará de 4 a 6 semanas.
· Podrá tener algún manchado de sangre e incomodidad por unos cuantos días.
· Si estuvo embarazada por más de 13 semanas antes del aborto espontáneo, aún puede verse como si estuviera embarazada y sus senos aún pueden gotear leche.
· Los ejercicios se requieren bajo esfuerzo, como caminar o nadar, no le harán daño. Paulatinamente haga más ejercicio conforme vaya encontrándose mejor.
· Por lo general su médico la verá en dos semanas para revisar su recuperación.
Imagen: femenino.info