Con la llegada del calor, muchos de nosotros comenzamos a hacer dietas de cara al verano para deshacernos de esos kilos de más para poder estar en forma a tiempo para el verano.
Sin embargo, muchas veces nos resulta difícil encontrar el tiempo para cocinar alimentos saludables y consumir todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita.
Por eso recurrimos a dietas de adelgazamiento fáciles que quizás, no son las mejores para nuestra salud ya que son deficitarias en minerales y vitaminas, de modo que su seguimiento implica un riesgo de carencias de micronutrientes (calcio, hierro, zinc, magnesio y vitaminas como la A, D, E, riboflavina, niacina, B12).
Con la llegada del verano, es natural que muchas personas deseen adoptar hábitos más saludables, incluyendo cambios en la alimentación para lucir y sentirse mejor. Si bien no existen fórmulas mágicas, algunos consejos nutricionales pueden ser de gran ayuda para alcanzar ese objetivo de una manera sostenible y equilibrada.
Hidratación constante:
Mantenerse hidratado es crucial durante el verano. El aumento de la temperatura puede provocar una mayor pérdida de líquidos a través del sudor. Opta por beber agua regularmente a lo largo del día y consume frutas y verduras con alto contenido de agua, como sandías, pepinos y melones.
Incluir alimentos frescos y de temporada:
Las frutas y verduras frescas son excelentes aliados durante el verano. No solo aportan nutrientes esenciales, sino que también suelen ser más económicos al estar en temporada. Además, ofrecen una amplia gama de sabores y colores que pueden hacer que tus comidas sean más atractivas.
Vigila las comidas procesadas y altas en calorías:
Los alimentos procesados y ricos en calorías vacías (como golosinas, bebidas azucaradas y comida rápida) pueden ser tentadores, pero suelen carecer de nutrientes esenciales y pueden contribuir al aumento de peso no deseado. Intenta limitar su consumo y sustituirlos por opciones más saludables.
Planificación de comidas:
Organizar tus comidas con anticipación puede ayudarte a mantener una alimentación más equilibrada. Esto te permite controlar las porciones y evitar recurrir a opciones poco saludables por falta de tiempo o improvisación.
No te saltes las comidas:
Saltarse comidas puede llevar a un aumento del hambre y a decisiones alimenticias poco saludables. Procura realizar comidas regulares que incluyan proteínas magras, carbohidratos complejos y grasas saludables para mantener niveles de energía estables.
Actividad física regular:
Complementa una alimentación saludable con actividad física regular. El verano ofrece oportunidades para practicar ejercicio al aire libre, como caminatas, natación o deportes recreativos. Encuentra una actividad que disfrutes para mantener la motivación.
Disfruta con moderación:
¡El verano también es momento de disfrutar! No te prives de esos helados o barbacoas ocasionales, pero recuerda que la moderación es clave. Saber equilibrar esos placeres con una alimentación saludable es fundamental para mantener un estilo de vida sostenible.
Opciones refrescantes y saludables:
Aprovecha el clima cálido para incluir opciones refrescantes en tu dieta. Smoothies con frutas frescas, ensaladas coloridas con ingredientes de temporada o snacks como paletas de frutas congeladas son excelentes alternativas para mantenerse fresco y saludable.
Controla el consumo de alcohol:
Durante el verano, las actividades sociales pueden incluir mayor consumo de bebidas alcohólicas. Recuerda moderar la cantidad de alcohol que consumes, ya que puede afectar la hidratación y agregar calorías adicionales a tu dieta.
Escucha a tu cuerpo:
Cada persona es única, por lo que es importante prestar atención a las señales que tu cuerpo te envía. Aprende a reconocer cuándo estás realmente hambriento o simplemente tienes sed, y ajusta tu alimentación en consecuencia.
Descanso y bienestar:
No subestimes la importancia del descanso y la gestión del estrés en tu salud general. El verano es un buen momento para encontrar actividades que te relajen, como practicar yoga, meditación o simplemente tomar tiempo para ti mismo/a.
No te obsesiones:
Mantén una actitud positiva hacia la alimentación y el cuidado de tu cuerpo. Evita obsesionarte con las calorías o el peso. En lugar de eso, enfócate en adoptar un estilo de vida saludable y equilibrado que te haga sentir bien tanto física como mentalmente.
Consulta a un profesional:
Si tienes preguntas específicas sobre tu alimentación o necesitas orientación personalizada, considera consultar a un nutricionista o dietista. Ellos pueden brindarte recomendaciones adaptadas a tus necesidades individuales y ayudarte a establecer metas realistas y alcanzables.
En el desayuno
En el caso del desayuno, se recomiendan alimentos que sean ricos en hidratos de carbono, como es el caso de los cereales integrales. Una pieza de fruta con fibra, como el kiwi o la piña es muy recomendable para limpiar el cuerpo acompañándolo por último, por un vaso de leche semidesnatada.
Es muy importante que nos concienciemos de que el desayuno es la comida más importante del día y que hay que consumir abundante, ya que el cuerpo a lo largo de la mañana, quema y gasta todo lo ingerido.
Debido al ritmo de vida que llevamos actualmente, es posible que muchos de nosotros no siempre tengamos tiempo a desayunar lo suficiente para dar al cuerpo todos los nutrientes y vitaminas que necesita, por eso, una buena opción en estos casos en los que tenemos poco tiempo es optar por polivitamínicos.
Durante la mañana
Si nos suele entrar hambre durante la mañana, lo ideal es consumir un yogur desnatado o semidesnatado. Le podemos añadir cereales con fibra o fruta en trozos, eso nos asegura saciarnos hasta la comida y no llegar con ansiedad.
En la comida
En la comida, deben primar verduras y vegetales, los cuales aportan fibra y mantienen a nuestro organismo depurado. Podemos consumirlos en forma de ensalada, y además acompañarlas con proteínas de origen vegetal a través de las legumbres y animales como el pescado fundamentalmente y de carne de aves como el pollo o el pavo, siempre a la plancha.
Por último cenar ligero, lo más recomendable son verduras y vegetales cocidos, aunque también podemos optar por proteínas como el pescado.
Si tenemos en cuenta estos puntos, realizando ejercicio semanal, podremos lograr una mejor para esta primavera y de esta forma controlar nuestro peso.
Aprovecha el buen tiempo y ve andando al trabajo o a recoger a tus hijos, sube por las escaleras en vez de en ascensor, y verás, que hacer ejercicio todos los días, no requiere tanto esfuerzo como piensas.