¿Alguna vez has deseado que tu bebé dejara de llorar y te has sentido frustrada, impotente y agotada? ¿Qué has hecho para solventar esa situación?
A nadie le pasa por alto que el sonido del llanto del bebé, cuando es continuo o cuando uno se encuentra en una situación altamente estresante, puede parecerle estridente y desear que taparselos oídos para no escucharlo más o zarandearlo para que se calle.
¿Qué es el Síndrome del bebé zarandeado?
Muchos padres y cuidadores desconocen este tipo de síndrome y sus consecuencias por lo que he querido hablaros del “Síndrome del bebé zarandeado“, también conocido como “Síndrome del niño sacudido“. Este síndrome está considerado como una forma de maltrato infantil ya que puede producir consecuencias muy graves en el bebé.
Cuando se mueve a un bebé con brusquedad y su cabeza se agita o se zarandea, se puede provocar una lesión cerebral y ocular. Tenemos que tener en cuenta que el cerebro del bebé está en desarrollo y no ocupa toda la caja craneal, por lo que ese movimiento de aceleración y desaceleración provoca una agitación violenta que se traduce en alteraciones clínicas tan importantes como las ya mencionadas.
Estas lesiones suelen presentarse en poco tiempo, pudiendo ver los signos en horas o en pocos días. Algunos de los síntomas que se manifiestan en ese tiempo es mucho lloriqueo, pérdida de vitalidad, adormecimiento, etc. Con un poco más de tiempo puede detectarse un edema cerebral, hemorragias retinianas y llegar a un atrofia en el cerebro que finalmente concluiría con pérdida de visión, retraso psicomotor y una encefalopatía severa.
Consecuencias graves
Los signos de la lesión cerebral secundaria al zarandeo se presentan al poco tiempo del maltrato, a los días o incluso horas, y «se manifiestan en forma de adormecimiento, mucho lloriqueo, pérdida de vitalidad y finalmente falta de contacto con el entorno. Algunas veces pueden tener crisis epilépticas y cuando se les hace una resonancia magnética en las horas o pocos días posteriores al episodio se detecta un edema cerebral y a los pocos meses, una gran atrofia en el cerebro», añade el experto. La sacudida también puede provocar hemorragias retinianas. «Nadie sabe con exactitud la causa, pero no sería extraño que ocurrieran como consecuencia del edema cerebral o por la dificultad que tendría la sangre venosa para retornar al cerebro por las vías oculares», explica Castroviejo.
Por lo tanto, las secuelas más importantes que pueden presentar los niños zarandeados y que ocurren en un porcentaje muy elevado de los casos son, en primer lugar, la pérdida de visión y, tras ella, un retraso psicomotor importante, una encefalopatía severa.
Paciencia, lo mejor para prevenir el Síndrome
La paciencia es la mejor receta que puede haber para prevenir el síndrome del bebé zarandeado ya que, en muchas ocasiones, lo que lleva a que esto se produzca es que uno pierde los nervios y zarandea al bebé para que se calle.
Si uno tiene poca paciencia con los niños es mejor no tenerlos o estar lejos de ellos en esos momentos en los que el bebé se muestra con un llanto que puede resultar irritante y persistente. Pero también tenemos que entender, que la forma de comunicarse de los bebés y de hacernos saber sus necesidades es a través del llanto.