Qué es el bruxismo y cómo se controla

Jesus L. Rodriguez

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Hace un tiempo solía levantarme a menudo con un leve sensación de presión en las mandíbulas. Como se me calmaba solo, a los pocos minutos, nunca le di mucha importancia hasta que mi dentista me dijo que notaba incipientes signos de desgaste en mis dientes… Pues bien, tenía bruxismo y nunca me había dado cuenta porque esta condición ocurre mientras dormimos.

¿Qué es el bruxismo?

El bruxismo es el hábito inconsciente de apretar o rechinar los dientes cuando estamos durmiendo, aunque también puede presentarse durante el día. Se trata de una condición bastante común, que puede ser leve y no exigir tratamiento en algunos, pero grave, doloroso y con peores consecuencias para otros. Es que, cuando el bruxismo no es tratado, se pueden presentar trastornos en la mandíbula, dolores en el rostro y de cabeza y roturas en los dientes.

Síntomas

Estos son algunos de los síntomas del bruxismo. Si los presentas, es aconsejable que visites un odontólogo para comenzar un tratamiento.

Dientes desgastados, astillados o rotos
Desgaste del esmalte dental
Aumento de la sensibilidad dental
Dolor o rigidez en la mandíbula
Dolor de oído (debido a las contracciones musculares)
Dolor de cabeza
Dolor facial
Muescas en la lengua
Daños en el interior de las mejillas

Junto con estos síntomas, hay otra señal que puede indicarte que estás sufriendo de bruxismo y es que tu pareja, o personas que duermen en tu misma habitación, sientan que haces un “chirrido” con la boca mientras duermes.

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Causas

Se cree que las principales causas del bruxismo son psicológicas. El acto de rechinar o apretar los dientes es una reacción inconsciente para liberar tensiones acumuladas debido al estrés o la ansiedad. También puede ser síntoma de una rabia contenida, o una personalidad agresiva, hiperactiva o competitiva.

Por otro lado, el bruxismo puede ser provocado por causas físicas como una mala alineación de los dientes superiores e inferiores, problemas de sueño, respuesta a un dolor de oído o dentición (especialmente en niños), como complicaciones de enfermedades como el Parkinson o como efecto secuendario de ciertos medicamentos psiquiátricos.

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