El Ayurveda es la medicina tradicional de la India y más que eso, es un verdadero modo de vida. El cuerpo, la mente y el alma constituyen al ser vivo y están interrelacionadas. La constitución humana primaria depende de la proporción relativa de los tres humores que mantienen la integridad del cuerpo y que son responsables de todas las funciones físicas y mentales. Esos humores derivan de los cinco elementos, éter, aire, fuego, agua y tierra. Vata, deriva del éter y el aire. Pitta del fuego y agua. Kapha del agua y la tierra.
El ayúrveda no sólo tiene en cuenta la enfermedad y los síntomas, sino la forma única en la que el paciente vive, siente y padece esa enfermedad, sus costumbres, sus pensamientos y sus hábitos diarios, realizando un diagnóstico global que tiene en cuenta todos los aspectos de la vida del enfermo.
La teoría sobre la que se basa la Ayurveda es que las enfermedades se producen por un desequilibrio en uno o más de los doshas. Existen muchos factores que pueden afectar este equilibrio, desde la dieta hasta los cambios de estación. El estrés en el trabajo o en el hogar también puede alterar la armonía de los doshas. El resultado es la acumulación de toxinas en el cuerpo y la mente.
A diferencia de la medicina occidental, que utiliza el mismo tratamiento para tratar la misma condición en diferentes personas, el ayurveda estudia primero los rasgos del individuo antes de prescribir un tratamiento.
El Ayurveda Es un plan de vida que incluye acciones diversas que se complementan, desde alimentación natural, plan de actividad física, técnicas de armonía mental y el uso de hierbas.
El Ayurveda es empleado para todo tipo de problemas de salud, ya sean enfermedades crónicas o agudas, procesos leves o procesos graves.
El Ayurveda aconseja que para la dieta diaria debemos incluir seis sabores: dulce, ácido, salado, picante, amargo y astringente, y los sabores están influenciados por los cinco elementos. Los sabores:
dulce – este sabor tiene más agua y tierra. Lo dulce es frío, oleoso y pesado. Ej.: azúcar, arroz, leche, crema, pan de trigo.
Ácido – la tierra y el fuego predominan en las sustancias con este sabor. Lo ácido es caliente, oleoso y ligero. Ej.: limón, queso, yogur, tomates, uvas, ciruelas, vinagre.
Salado – hay más agua y fuego, este sabor es caliente, oleoso y pesado. Ej.: sal de mesa.
Picante – es la combinación de aire y fuego; es caliente, seco y ligero. Ej.: ajíes picantes, cebollas, ajo, rábanos, jengibre.
Amargo – predominan el aire y el éter, haciendo que este sabor sea frío, seco y ligero. Ej.: endivia, achicoria, lechuga, pepino, espinaca, verduras de hoja, agua tónica.
Astringente – en este sabor predomina el aire y la tierra, es frío, seco y pesado. Ej.: lentejas, manzanas, peras, col, brócoli, coliflor, papas.
Los sabores se utilizan para equilibrar los doshas (vata, pitta y kapha), puesto que cada está en busca de los que le brinden equilibrio. Vata se equilibra con lo salado, lo agrio y lo dulce. Pitta se equilibra con lo amargo, lo dulce y lo astringente. Kapha se equilibra con lo picante, lo amargo y lo astringente. El sabor que está en negrita es el que tiene más efecto sobre el dosha.
Los masajes ayurvédicos sirven especialmente no sólo para aliviar dolores puntuales sino como medicina preventiva, ya que aumentan la circulación, estimulan y fortalecen el sistema linfático, y abren el flujo de la fuerza vital con el objetivo de limpiar y revitalizar el cuerpo. Además, los aceites esenciales que se utilizan en los masajes ayurvédicos son muy nutritivos y detoxificantes para la piel, ayudando a prevenir su envejecimiento y dejándola suave y brillante.