Salir a correr es uno de los deportes más practicados en todo el mundo, podemos hacerlo en cualquier momento lo cual nos da muchas ventajas. Uno de los elementos a tener en cuenta si decidimos practicar este deporte, es la indumentaria. Hoy vamos a hablar específicamente sobre las zapatillas y lo que deberíamos buscar en ellas a la hora de comprar un par para practicar este deporte.
Es importante que elijamos un par que se adapte a nosotros y a nuestra forma de correr, hay algunas características que debemos considerar por tanto. Primero que nada la estabilidad, las mismas deben permitirnos una pisada natural, evitando que el pie se deforme o incline. Otro punto fundamental es la amortiguación, debemos tener en cuenta que la fuerza vertical que ejerce una persona al correr suele ser del doble o triple de su peso, de aquí la importancia de comprar zapatillas de buena amortiguación.
Por otro lado, también debemos considerar la flexibilidad, debemos poder correr sin tener que hacer un esfuerzo, así como el peso, las mismas deben ser ligeras, como si corriéramos descalzos. Por último, recuerda comprar zapatillas que sean resistentes para que nos duren el tiempo adecuado y que tengan buen agarre, de forma que nuestro pie esté seguro más allá de las condiciones meteorológicas.
Cualquier zapatilla de running tiene seis características principales que debemos conocer de ella antes de adquirirla y que inciden directamente en la comodidad general de la zapatilla. Estas características son:
- Estabilidad: es importante que la zapatilla al correr no haga que nuestra pisada no sea natural y esto incide en la estabilidad de la zapatilla, es decir, que sea para nuestro estilo de carrera (pronador, supinador, normal o neutro) y que sea estable en la pisada sin que se deforme o se incline.
- Amortiguación: dependiendo del peso del corredor la amortiguación deberá ser más o menos importante, ya que la fuerza vertical que ejerce una persona al correr suele ser del doble o triple de su peso, así que tenemos que fijarnos que nuestra zapatilla tenga una amortiguación adecuada a nuestro peso corporal.
- Flexibilidad: es importante que la zapatilla no sea rígida y que se doble al menos 30% por detrás de los dedos (metatarsos). Si es así no tendremos que hacer mucho esfuerzo al correr con lo que ganaremos en resistencia a lo largo de la carrera o entrenamiento.
- Peso: es algo muy importante ya que todos buscamos la ligereza en la zapatillas para parecer que corremos descalzos, haciendo la zancada más ágil, pero el rebajar el peso penaliza la amortiguación (a menos peso suele tener siempre menos) así que hay que buscar el equilibrio perfecto.
- Dureza: la dureza de una zapatilla incide en su resistencia pero una zapatilla muy duradera peca de ser flexible, así que al igual que antes, entre peso y amortiguación, habría que buscar una relación adecuada para nuestro peso y distancia de carrera o entrenamiento que vayamos a realizar.
- Agarre: la importancia del agarre en diversas condiciones meteorológicas como lluvia o frío (que genere placas de hielo) o diferentes terrenos como barro, hierba o arena hace que sea muy importante el tipo de agarre que tenga la zapatilla, por tanto es importante conocer el tipo de suela que más nos convenga.
Como hemos podido ver al definir las seis características se nos presentan unas cuantas contradicciones o problemas que debemos salvar a o encajar a la hora de adquirir una zapatilla, como que a más estabilidad implica más peso de zapatilla, las suelas antideslizantes hacen que se desgasten antes, si se aumenta la amortiguación se gana en peso y se pierde estabilidad o unas entresuelas rígidas dan estabilidad pero disminuyen la flexibilidad.