La vitamina E, junto con las vitaminas C y A conforman el grupo de vitaminas antioxidantes, y son indispensables para mantenernos saludables. Las propiedades de la vitamina E son especialmente necesarias para el corazón. Se ha comprobado que esta vitamina ayuda a mejorar el aparato circulatorio, y de alguna forma se podría decir que actúa como un efectivo limpiador de las arterias.
Las excelentes propiedades antioxidantes de la vitamina E la transforman en una herramienta de prevención importante contra muchas enfermedades degenerativas que aparecen poco a poco en las personas a medida que se acercan a edades avanzadas como el cáncer, mal de Alzheimer y Parkinson entre otras. Esta vitamina es fundamental para mantenerse joven durante más tiempo.
La vitamina E es importante:
– Para la conservación de los glóbulos rojos.
– Para la protección de las células contra los radicales libres.
– Para la reparación de las heridas
– Para evitar que la sangre se coagule
– Para mantener la vitamina A en buen estado
– Para inhibir la producción de sustancias inflamatorias
– Para mantener las arterias, venas y corazón en buen estado.
– Para conservar la piel en buenas condiciones
– Para la salud de la visión
– Para el buen funcionamiento del cerebro y el sistema nervioso.
– Para mantener el sistema reproductivo en buenas condiciones.
– Para mantener el aparato digestivo en buen estado
– Para gozar de buen humor y de sentimiento positivo.
¿Cuáles son sus funciones?
Es esencial para la reproducción, para el crecimiento normal y para el buen funcionamiento de la glándula pituitaria, los nervios y el corazón.
Una de sus funciones más importantes es la que regula el metabolismo como factor antioxidante. La vitamina E retiene el 50 % del oxígeno normalmente transformado por las células y los tejidos, lo que se traduce en una fatiga mucho menor para el corazón y para las propias células.
Por otra parte, es un vasodilatador, es decir, un factor que facilita la circulación de la sangre por las venas y arterias. Gracias a ella, los músculos del corazón y de los otros órganos son bien alimentados y funcionan mejor.
Además, al retrasar el proceso de oxidación de las células impidiendo que el oxígeno se queme demasiado aprisa combinándose con otras sustancias, reduce la formación de peróxido de hidrógeno, que es para las células un verdadero veneno.
Es indispensable asimismo para la síntesis normal en el hígado de las sustancias lipoides y grasas; incluso el contenido lipoide de los ovarios está regulado por esta vitamina, que actúa también favoreciendo la absorción de vitamina A.
La vitamina E, finalmente, combate el reumatismo muscular y la caries dental y activa la cicatrización de heridas y quemaduras, que no sólo se produce con mayor rapidez, sino que dejan menos cicatrices, como si la vitamina E reblandeciese y disolviese los tejidos que forman dicha cicatriz.
Los alimentos vegetales son los más ricos en vitamina E, a condición de que ésta no sea destruida en la elaboración. El grano de trigo, por ejemplo, es tan rico en esta vitamina que el pan elaborado con harina entera puede llegar a proporcionar hasta 24 miligramos de dicha vitamina por kilogramo. Sin embargo, para obtener una harina fina y blanca se priva al grano de la preciosa envoltura que contiene la casi totalidad de reservas vitamínicas del trigo.
Los vegetales que poseen esta vitamina son las grasas de origen vegetal: El aceite de germen de trigo ( 22,1 mg por cada 100 g) , las semillas de girasol ( 14, 8 mg por onza), ( las avellanas ( 6,7 mg por onza), el aceite de girasol ( 6,3 mg por onza) , las almendras tostadas ( 6,7 mg por onza) , la lecitina de soja ( 9,21 mg por cada 100 g) el aceite de oliva ( 1,67 mg por cucharadita) . Otras fuentes vegetales poseen cantidades menores, como la manzana (1,6 mg por manzana) o los espárragos ( 0,4 mg por cada dos tallos). El mango y el aguacate tendrían también en cantidad menor.
Algunos especialistas estiman que si los eslavos son, sin duda, los más viriles de los hombres es porque, en lugar del pan blanco consumido en los países latinos y anglosajones, el eslavo prefiere un pan mucho más tosco, pero que conserva todos sus principios.
Otro error consiste en alimentarse preferentemente de carnes. El especialista alemán, profesor Kollath, señala que las carnes son tomadas de una parte del animal, los músculos, cuyo valor nutritivo es netamente inferior al de los órganos internos y vísceras. Si se observan los animales salvajes se verá que el carnívoro que abate a su víctima devora en primer lugar hígado, corazón, pulmones, intestinos, y solamente más tarde la masa carnosa de los músculos. Es fácil apreciar lo acertado de sus instintos puesto que, siendo tan ricas en proteínas como las carnes de los músculos, las entrañas contienen muchas más vitaminas, en especial el hígado.
Carencia de vitamina E se manifiesta principalmente :
– Problemas de la vista : deficiencias de vitamina E pueden manifestarse en forma de falta de visión.
– Problemas en la piel: Una piel falta de vigor y lozanía o cuando las heridas cuestan mucho de cicatrizar, pueden indicar una deficiencia de vitamina E.
– Problemas nerviosos : irritabilidad, depresión, pesimismo,, etc.
– Problemas de memoria y aprendizaje : como problemas de concentración, memoria, problemas de aprendizaje, fatiga mental, etc.
– Problemas inflamatorios digestivos .
– Problemas de esterilidad : La falta de fertilidad puede deberse a una deficiencia de vitamina E.
– Problemas circulatorios y cardíacos: Como una mala circulación en general o un mal funcionamiento del corazón.
Para evitar la carencia de vitamina E basta tener la precaución de seguir una regla muy simple que se puede resumir en dos indicaciones:
– Comer muchas ensaladas y frutas crudas.
– Variar tanto como sea posible la composición de los menús.
Esta regla no sólo es útil por lo que a la vitamina E se refiere sino también para otras vitaminas y para diversos oligoelementos igualmente beneficiosos para el equilibrio y la salud.