Los moluscos bivalvos son aquellos cuyo cuerpo está protegido por conchas. Un ejemplo pueden ser el mejillón, la almeja, la ostra o la navaja, entre otros. Estos seres vivos no disponen ni de cabeza ni de ojos aunque si disponen de corazón, boca y recto.
Suelen vivir enterrados en la arena a unos 5 o 30 centímetros de la superficie en fondos arenosos o fangosos. Así es como se oculta. Se alimentan de pequeños seres vivos mediante la filtración de agua. Los moluscos son alimentos con unas propiedades nutricionales muy favorecedoras para los humanos.
Son alimentos ricos en hierro y vitamina B12 por lo que sirven de gran ayuda en casos de anemia especialmente en aquellas en las que se tiene un déficit de hierro. También contienen vitamina C que facilita la absorción del hierro y cuida el sistema inmune y las articulaciones.
Contienen, además, selenio un gran antioxidante; vitamina B3 (favorece el aprovechamiento de los nutrientes por el organismo), Vitamina A y fósforo. Las propiedades que aportan los moluscos son útiles además para aquellas personas que padecen de arañas vasculares porque ayudan a mantener el sistema circulatorio en óptimas condiciones.
Las almejas y las chirlas son uno de los alimentos más ricos en hierro y vitamina B12, por lo que es muy útil en los casos de anemia ferropenica y megaloblástica. También aportan vitamina C que facilita la absorción del hierro y cuida las articulaciones. Es rico en selenio, antioxidante que es protector del envejecimiento celular.
Otras vitaminas presentes en las almejas son la B3 o niacina que favorece el aprovechamiento de los nutrientes energéticos en el organismo y la Vitamina A que interviene en la generación y mantenimiento de mucosas piel y sistema óseo. Entre los minerales destaca el fósforo, que cuadruplica los niveles del hierro, magnesio o potasio. Este mineral se encuentra relacionado con los huesos y dientes, estando también presente en el sistema nervioso y muscular.