Dentro del amplio espectro de las plantas aromáticas, la salvia quizás sea una de las más destacadas dentro del uso culinario. Es que sus características se han vuelto, poco más, poco menos, imprescindibles para cualquier amante de las especias y condimentos.
De origen mediterráneo, la salvia se emplea como planta aromática de cocina desde hace siglos. Se destaca por su sabor astringente, levemente alcanforado, fuerte, fresco y sutilmente amargo. De más está decir, su presencia no pasa desapercibida en los platos que integra.
La salvia puede emplearse como condimento en la cocina para rellenos, aves, pescados, carnes de todo tipo, pero también para quesos, legumbres y vegetales variados. Además, tiene la ventaja de que puede emplearse tanto seca como fresca.
Son realmente muchos los platos que pueden contener salvia como uno de sus ingredientes. Puede formar parte desde una infusión de salvia para adelgazar, pasando a unas pastas con hierbas frescas, integrando un licor de hierbas o dándole su toque especal a un pollo a la naranja.