La amigdalitis es uno de los problemas más frecuentes que afectan a la garganta. Está causada por infecciones bacterianas, fomentadas por el excesivo consumo de bebidas alcohólicas o muy azucaradas. Por ello es conveniente conocer los distintos tipos de té y sus efectos en la amigdalitis.
Qué es la amigdalitis
Se conoce con este nombre a la inflamación o abultamiento de los ganglios linfáticos ubicados en la parte posterior de la garganta, conocidos habitualmente como amígdalas. Su principal función es la de proteger el ingreso al cuerpo de bacterias, así que funcionan como una especie de filtro que elimina aquellos microorganismos maliciosos.
En ocasiones en que la fuerza de estos organismos es muy potente, las amígdalas sucumben a la infección bacteriana, provocando la típica inflamación además de dificultad para deglutir, voz ronca, fiebre y dolores de garganta, cabeza y oídos.
Variedades de té para tratar la amigdalitis
Té verde
El té verde posee un rico contenido en fitoquímicos con unas notorias propiedades antimicrobianas, antioxidantes y antiinflamatorias, por lo que resulta muy adecuado para tratar casos de amigdalitis y otras afecciones que impliquen daño e inflamación de tejidos, además de enfermedades cardiovasculares.
Según un estudio Molecular Nutrition and Food Research, el té verde ejercería un mayor efecto antimicrobiano que el resto de variedades de té, por lo que constituye una de las mejores infusiones para consumir en casos de amigdalitis.
Té negro y té blanco
Si bien las hojas de té negro también poseen fitoquímicos con sus ya mencionados beneficios, su principal aporte para estos casos es el tanino, una sustancia con gran capacidad de secado, que ayuda a reducir la acumulación de mucosidades que suele encontrarse en la parte posterior de la garganta a causa de la amigdalitis. Debido a la fermentación a la que se lo somete durante su producción, el té negro no posee tantas propiedades microbianas como el té verde.
Mientras que el té blanco, al elaborarse con hojas de te sin fermentar, posee fitoquímicos de fuerza considerable, aunque buena parte de sus beneficios se vean eliminados al entrar en contacto con el agua caliente.
Té de hierbas
Estas infusiones se preparan con diversos tipos de hierbas (entre las que no se encuentra el té propiamente dicho), muchas de ellas con marcadas propiedades antioxidantes, antimicrobianas y antiinflamatorias, por lo que resultan muy útiles para combatir las infecciones de amígdalas.
Arándonos, moras, frambuesas y fresas son frutos muy ricos en sustancias antioxidantes y de muy sencilla manipulación. Mientras que las plantas con mayores propiedades antiinflamatorias pueden ser el orégano, la hoja de olivo y chaparral o las raíces de sello de oro.
Para su consumo, es conveniente preparar la infusión y dejarla reposar por unos 20 minutos para que las hierbas exhalen el máximo de sus beneficios, siendo también útil para la amigdalitis la realización de unas breves gárgaras antes de beber el té de hierbas.
Verás como al poco tiempo de consumir alguna de estas infusiones, tanto la inflamación como el dolor de la amigdalitis van disminuyendo y retornando a su estado habitual.