Mantequilla de almendras, sabor y salud. Estamos de acuerdo en que no es un alimento muy difundido en Europa, pero precisamente por ello me parece importante compartir información acerca de este alimento y alentar a nuestros lectores a probarlo. Si gusta, adoptarlo será cuestión de hábito y desde ya os digo que frente a otras mantequillas, ganaréis en salud.
Numerosos tipos de mantequillas pueden ser elaborados a través de diversos procesos de batido y montado, mediante los que se busca obtener una pasta suave y cremosa. Muchos consumidores están familiarizados con mantequillas menos tradicionales siendo el ícono de ellas la mantequilla de cacahuete o maní, que técnicamente es una mantequilla de leguminosa, ya que el cacahuete no es verdaderamente un fruto seco.
Pero comentando sobre la mantequilla de almendras, digo que es una variante común en algunos países, y se hace con el mismo procedimiento que la anterior, sustituyendo con almendras la presencia del maní o cacahuete. Otras mantequillas similares son hechas con nueces de árbol y también existen otras como la mantequilla de avellana y la mantequilla de macadamia.
Algunas semillas, como semillas de girasol y semillas de sésamo también se utilizan para hacer mantequillas.
Al igual que otras mantequillas de nueces, mantequilla de almendra conserva el valor nutricional de las almendras de los que proceden. Es rica en proteínas, fibra y ácidos grasos esenciales, aunque también es más alta en calorías que muchas otras mantequillas de este estilo.
Los usos de la mantequilla de almendra son tan variados como lo son para la mantequilla de cacahuete. Puede ser utilizado como una extensión, mezclado con salsas y aderezos, se come sola, o se utiliza en la fabricación de postres.
El sabor es bastante similar a la mantequilla de cacahuete, con una leve nota de almendras.