Un estudio de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos alerta que el exceso de productos de limpieza o aseo utilizados en casa pueden generar más contaminación que la que hay en la calle. Una gran carga de tóxicos se encuentran en el polvo doméstico, entre ellos residuos de pesticidas.
Ambientadores, detergentes o perfumes son algunos productos que se usan en el hogar pese a que contienen sustancias químicas que pueden perjudicar la salud.
Ambientadores, detergentes o perfumes son algunos productos que se usan en el hogar de forma cotidiana a pesar de que contienen centenares de sustancias químicas que pueden perjudicar la salud y que hacen que el aire que se respira en casa sea diez veces más contaminante que el de la calle.
según la Fundación Vivo Sano, el aire que se respira en una casa puede contener diez veces más sustancias contaminantes que el de cualquier calle céntrica de una gran ciudad. Detrás de la palabra «fragancia» incluida en la etiqueta de cualquier producto puede haber hasta 3.000 sustancias y de ellas, ha dicho De Prada, 700 pueden causar problemas para la salud.
Productos de limpieza o de aseo, conservantes alimentario, pinturas o materiales sintéticos son sólo algunos de los productos que pueden desprender sustancias químicas y que, según muestra un estudio de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por su sigla en inglés), pueden hacer que el aire que se respira en una casa contenga hasta 10 veces más sustancias contaminantes que el de la calle.
Según esta información, el objetivo es «reducir la carga tóxica del hogar«, por ello apuesta por el «termino medio», es decir hay que conocer cómo afectan las sustancia que llegan a la respiración pero «sin caer en la hipocondría». Sin embargo, lamentó que la mayoría de las personas «usa la técnica de la avestruz», es decir que «muchos prefieren no saberlo y no hacer nada».
«Es mejor saberlo y, con la cabeza fría, actuar conociendo que hay una serie de opciones que se pueden hacer para reducir la presencia de contaminantes en el hogar«, explicó al tiempo que informó que existen muchas alternativas «muy simples» a la hora de reducir la exposición diaria a productos químicos.
En el mismo sentido, el director de la Fundación Vivo Sano, Alfredo Suárez, apeló a la propia responsabilidad para tomar conciencia de esta realidad aunque «esta situación pueda abrumarnos y nos parezca imposible de abordar».
«No hay que caer en la falsa creencia de que lo que está en el mercado sólo por el hecho de ser legal, es seguro, puesto que la mayoría de las veces las sustancias químicas se han medido en solitario (no en combinación con otras) y evaluando solo su peligrosidad en adultos», explicó.
Estudios recientes muestran una gran carga de tóxicos en el polvo doméstico; existen residuos de pesticidas que pueden encontrarse en la alimentación, etc.
Los hogares tienen varios focos de toxicidad por la presencia de materiales y productos sintéticos, que desprenden tóxicos químicos. Estos productos suelen ser aquellos que confieren al producto la propiedad conservación, olor, moldeabilidad, textura, mayor resistencia al fuego, propiedades antimanchas o hidrófugas, etc, estas sustancias suelen ser ftalatos, bisfenol A, retardantes de llama, compuestos perfluorados, etc.
De Prada explicó que «todas las sustancias tóxicas que hay en la casa va al polvo doméstico que a través de la respiración entra en el cuerpo, y se ha visto que los que se detecta en la casa luego se detecta también en el organismo», y, de nuevo, «cuando respiramos y llega a nuestro interior, sufre otra serie de transformaciones y puede convertirse en otra sustancia diferente».
Sencillas medidas en casa pueden reducir considerablemente la cantidad de productos dañinos con los que estamos a diario en contacto, además «muchas veces son alternativas que no son más caras que las convencionales, incluso con algunas ahorras».
Recomendaciones
La primera propuesta es reducir el número de productos de limpieza y recordar que «la casa no es un quirófano», por tanto no es necesario usar estos productos todos los días. No usar ambientadores sintéticos; reducir el uso de productos de limpieza en spray y apostar por los ecológicos; ventilar a diario el hogar; no abusar del Ploricoruro de Vinilo (PVC) en las casas; o utilizar pinturas ecológicas y optar por muebles de materiales naturales.
«Hay que apelar al uso de la facultad racional», teniendo en cuenta que una sobreexposición a determinados productos de una manera reiterada puede tener efectos negativos sobre la salud, sobre todo en la de niños y embarazadas. Así, este experto destacó el asma, las alergias, un aumento en el riesgo de determinados tipo de cáncer, así como problemas reproductivos, sobre todo afectando a la calidad del semen.