En los últimos años, las bebidas energéticas han sido parte de un furor que parece no tener límites, la oferta es cada vez mayor y cuesta definir qué tan energéticas son, y en qué ocasiones es importante consumirlas. Es por esto que hoy hablaremos de ellas, deteniéndonos en sus componentes y propiedades, deteniéndonos en sus nutrientes y en si su consumo, tiene o no efectos adversos.
Hay algo que está claro y que es cierto, además de que lo podéis comprobar en caso de consumirla: reducen la fatiga. Esto se debe a que cuenta con grandes cantidades de azúcares que puede ser glucosa, azúcar o jarabe de glucosa. También pueden contener edulcorantes. Uno de los grandes componentes es la cafeína, taurina y L-carnitina, además de vitaminas y ginseng. El consumo de estas bebidas nació casi exclusivamente con la noche, siendo consumida en centros bailables, para luego expandirse y ser de uso frecuente por quienes precisan beber algo que los “despierte” y que no sea precisamente café.
No solamente aumentan el estado de alerta de las personas sino que también lo hacen con el rendimiento físico y mental. Se trata de un producto que ha despertado la curiosidad de varios especialistas, acerca de si produce adicción o no, y enfocándose también en aquellas personas que las consumen en la noche, en los posibles efectos sobre quienes sufren hipertensión arterial, entre otros factores.
De acuerdo a esto se realizó en los Estados Unidos un estudio en el que se consultó a los jóvenes para con qué finalidad consumían bebían energéticas, del cual se desprendieron las siguientes respuestas: Dormir pocas horas, aportar energía, estudiar para un trabajo importante, conducir un largo trayecto, mezclarlo con alcohol al salir de fiesta, combatir la resaca, efectos secundarios.
El gran componente de estas bebidas es la cafeína, es la cual genera todos estos estados y la que provoca que quien la consume, busque los objetivos que citamos anteriormente. De estar bebiendo un litro de bebida energética, estaremos sobrepasando los límites de consumo “habitual” de cafeína, lo que nos pone en gran estado de alerta; se trata de un elemento que nuestro organismo elimina entre 4 y 6 horas luego de ingerido, y además, en caso de ingerirla en grandes cantidades puede provocar nerviosismo y palpitaciones, aumento de presión arterial y ansiedad o temblores.
También insomnio y deshidratación o vómitos. Por lo que como todo en la vida, esta bebida la debéis consumir con moderación y tomarla sólo porque gustéis y no para buscar otros efectos, ya que podéis perder el control y probablemente olvidaréis estos efectos secundarios que no son nada buenos para vuestra salud.